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HIMNO A SAN JOSÉ

HIMNO A SAN JOSÉ

Hoy a tus pies, ponemos nuestra vida; Hoy a tus pies, ¡Glorioso San José! Escucha nuestra oración, Y por tu intercesión, Obtendremos, la paz del corazón; En Nazaret, junto a la Virgen Santa, En Nazaret ¡Glorioso San José! Cuidaste al niño Jesús, Pues por tu gran virtud, Fuiste digno custodio de la luz. Con sencillez humilde carpintero; Con sencillez ¡Glorioso San José! Hiciste bien tu labor, obrero del Señor, Ofreciendo, trabajo y oración. Tuviste fe, en Dios y su promesa; Tuviste fe, ¡Glorioso San José! Maestro de oración, alcanzarnos el don, De escuchar, y seguir la voz de Dios:

lunes, 8 de febrero de 2021

ESPECIAL DEVOCIÓN DE LOS SIETE DOMINGOS A SAN JOSÉ




 


ESPECIAL DEVOCIÓN DE LOS SIETE

DOMINGOS A SAN JOSÉ


 DÍAS DE LA DEVOCIÓN

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Consagrados a honrar los 7 Dolores y Gozos de SAN JOSÉ

Con indulgencia plenaria para cada domingo

 

INTRODUCCIÓN

La devoción a San José sigue los progresos de la devoción a la Santísima Virgen. Los fieles hijos de María han comprendido que nada podrían hacer de más agradable a su Divina Madre como honrar con un culto especial a su angélico Esposo.

“María –dice el devoto y virtuoso Padre Faber- debe ser el primer objeto de nuestra devoción, San José el segundo”. Puede afirmarse que las prácticas en honor de este glorioso patriarca, modelo y protector de las almas interiores, están basadas en las costumbres y en los usos de una verdadera piedad.

Tanto en las alegrías que la Divina Providencia nos concede, como en las pruebas a que nos somete, conocemos a nuestros verdaderos amigos, a los que interesan realmente en lo que nos concierne. He aquí por qué la Santa Iglesia nos recuerda tan a menudo los misterios gozosos y dolorosos de Jesús, María y José. En efecto, cuando se ama de veras a alguno se toma una parte igual en todo lo que pueda alegrarle o afligirle.

Por esta razón los fieles servidores de San José han adoptado con satisfacción la piadosa y devota práctica llamada la devoción de los SIETE DOMINGOS.

 

Los Soberanos Pontífices que han ocupado tan gloriosamente la cátedra de San Pedro estos últimos tiempos han requerido de preciosas indulgencias esta devoción a fin de estimular a todos los fieles a practicarla.

Se ganan 300 días de indulgencia cada vez, en virtud de un concesión de Su Santidad Gregorio XVI, de fecha 22 de enero 1836, rezando durante siete domingos consecutivos en el curso del año, a la elección de los fieles, los SIETE GOZOS Y LOS SIETE DOLORES DE

SAN JOSÉ, y el séptimo domingo una indulgencia plenaria.

El Santo Pontífice Pío IX, deseando en su amor tan tierno y tan ardiente por María, extendió en todas partes la devoción a su casto Esposo, a las indulgencias, ya concedidas a la devoción de los SIETE DOMINGOS añadió en primero de febrero de 1847 una indulgencia plenaria en cada domingo, aplicable a las almas del Purgatorio; y en 22 de marzo del mismo año hizo extensivas estas indulgencias a todos los que, no sabiendo leer o no teniendo la depredación sobre dicha, rezarán en esos mismos domingos SIETE PADRENUESTROS CON AVEMARIA Y GLORIA AL PADRE, añadiendo a ellos las condiciones acostumbradas, para ganar indulgencia plenaria esto es: la Confesión, la Comunión, y orar un rato por las necesidades de la Iglesia. Los verdaderos devotos de San José han correspondido diligentemente a esta piadosa invitación del Vicario de Jesucristo. Las gracias preciosas obtenidas, los milagros obrados por el  Señor a favor de los que han practicado esta devoción con piedad, han sido un poderoso estímulo para aumentar la devoción a San José. A fin pues, de ayudar en cuanto lo permitan nuestras fuerzas, a las almas devotas a practicar cumplidamente estos ejercicios, les ofrecemos una meditación cada uno de los siete domingos y así, dirigiéndose a San José con más amor y fervor, alcancen de Dios, por intercesión del glorioso Patriarca, cuando pudieren para ellas mismas y para todos aquellos que les son tan caros en este y en el otro mundo.

 

Después de cada meditación del dolor y gozo que le corresponde a ese domingo debe reforzarse el ejercicio de repasar en forma resumida todos los siete domingos y gozos de San José, por ser condición precisa para  ganar las indulgencias. Debe practicarse esta devoción durante siete (7) domingos consecutivos; Si hubiere interrupción, aunque involuntaria es preciso empezar de nuevo.

Aun cuando no se haya fijado época alguna para ganar las indulgencias plenarias que van unidas a esta santa práctica, creemos, sin embargo que podría elegirse con preferencia los domingos que preceden a las fiestas de San José; o bien algunas circunstancias particular en las cuales se tiene necesidad de gracias más abundantes, como por ejemplo para conocer cada uno su vocación o para conseguir la conversión de un pecador, o el buen éxito de un negocio, la defensa de nuestra alma y de nuestra comunidad y familia del enemigo maligno o algún asunto que interese a la gloria de Dios. Será muy provechoso ofrecer todos los años a San José; este tributo de amor y de reconocimiento por todos los bienes que nos ha alcanzado su inefable caridad, lo que por otra parte se convertirá en un excelente medio de obtener de él nuevos favores. A los que practiquen la precedente devoción de los siete domingos seguidos y en cada uno confesando y comulgados visiten algún templo, u oratorio público rogando a intención de su Santidad, concedió Pio IX indulgencia plenaria para cada domingo. Los que no saben leer y viven donde esa devoción no se hace en público, en vez de dichas oraciones hacer Gloria al Padre. Quien no comulgue sino en el séptimo domingo, gana en él indulgencia plenaria, y en cada uno de los seis anteriores de a 300 días.

 

ORACIONES A REALIZAR

 En cada Domingo Se empieza con el Acto de Contrición (pág. 11. ), luego con la Meditación para cada domingo y el Ejemplo del día correspondiente (pág. 12), continúa con el refuerzo de los 7 Dolores y Gozos de San José resumidos para cada domingo (pág. 74 ) y por último las dos Oraciones a San José (pág. 85). 11

Fuente: lazosdeamormariano





 


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