ENTRADAS POPULARES

SANTORAL LITÚRGICO

El Niño Dios a nacido en Belén

HIMNO A SAN JOSÉ

HIMNO A SAN JOSÉ

Hoy a tus pies, ponemos nuestra vida; Hoy a tus pies, ¡Glorioso San José! Escucha nuestra oración, Y por tu intercesión, Obtendremos, la paz del corazón; En Nazaret, junto a la Virgen Santa, En Nazaret ¡Glorioso San José! Cuidaste al niño Jesús, Pues por tu gran virtud, Fuiste digno custodio de la luz. Con sencillez humilde carpintero; Con sencillez ¡Glorioso San José! Hiciste bien tu labor, obrero del Señor, Ofreciendo, trabajo y oración. Tuviste fe, en Dios y su promesa; Tuviste fe, ¡Glorioso San José! Maestro de oración, alcanzarnos el don, De escuchar, y seguir la voz de Dios:

sábado, 24 de abril de 2021

ORACIONES EN LATÍN

 


ORACIONES EN LATÍN


SIGNVM SANCTAE CRUCIS
Per signum Sanctae (†) Crucis, de inimicis (†) nostris, libera nos, (†) Domine Deus noster. In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Veni, Creátor
Veni, Creátor Spíritus, mentes tuórum vísita, imple supérna grátia, quæ tu creásti péctora.
Qui díceris Paráclitus, altíssimi donum Dei, fons vivus, ignis, cáritas, et spiritális únctio.
Tu septifórmis múnere, dígitus patérnæ déxteræ, tu rite promíssum Patris, sermóne ditans gúttura.
Accénde lumen sénsibus, infúnde amórem córdibus, infírma nostri córporis virtúte firmans pérpeti.
Hostem repéllas lóngius pacémque dones prótinus; ductóre sic te prævio vitémus omne nóxium.
Per te sciámus da Patrem noscámus atque Fílium, teque utriúsque Spíritum credámus omni témpore.
Deo Patri sit glória, et Fílio, qui a mórtuis surréxit, ac Paráclito, in sæculórum sǽcula. Amen.
V/: Emitte Spíritum tuum et creabúntur.
R/: Et renovábis fáciem terrae.    
Oremus
Deus, qui corda fidelium Sancti Spíritus illustratione docuisti, da nobis in eodum Spíritu recta sápere, et de ejus semper consolatione gaudere.
Per Chrístum Dóminum nostrum. Amen.
-
Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles y llena con tu divina gracia, los corazones que Tú creaste.
Tú, a quien llamamos Paráclito, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, dedo de la diestra del Padre; Tú, fiel promesa del Padre, que inspiras nuestras palabras.
Ilumina nuestros sentidos, infunde tu amor en nuestros corazones y, con tu perpetuo auxilio, fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.
Aleja de nosotros al enemigo, y danos pronto la paz; sé Tú nuestro guía, para que evitemos todo mal.
Por ti conozcamos al Padre, y también al Hijo; y creamos en ti, su Espíritu, por los siglos de los siglos.
Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó de entre los muertos, y al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos. Amén.

G/: Envía, Señor, tu Espíritu para darnos nueva vida.
T/: Y se renovará la faz de la tierra.

Oremos
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con las luces del Espíritu Santo, concédenos juzgar y seguir rectamente según el mismo Espíritu y gozar siempre de sus consolaciones.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

PATER NOSTER
Pater noster, qui es in caelis, sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in caelo et in terra. Panem nostrum quotidianum da nobis hodie, et dimitte nobis debita nostra sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo. Amen.

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.

AVE MARIA
Ave María, gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus. Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus, nunc, et in hora mortis nostrae. Amen.

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

GLORIA PATRI seu DOXOLOGIA MINOR
Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amen.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

CREDO seu SYMBOLVM APOSTOLORVM
Credo in Deum Patrem omnipotentem, Creatorem caeli et terrae. Et in Iesum Christum, Filium eius unicum, Dominum nostrum, qui conceptus est de Spiritu Sancto, natus ex Maria Virgine, passus sub Pontio Pilato, crucifixus, mortuus, et sepultus, descendit ad inferos, tertia die resurrexit a mortuis, ascendit ad caelos, sedet ad dexteram Dei Patris omnipotentis, inde venturus est iudicare vivos et mortuos. Credo in Spiritum Sanctum, sanctam Ecclesiam catholicam, sanctorum communionem, remissionem peccatorum, carnis resurrectionem, vitam aeternam. Amen.

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo. su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable. Amén.

SALVE REGINA

Salve Regina, mater misericordiae, vita, dulcedo, et spes nostra, salve. Ad te clamamus exsules filii Hevae. Ad te suspiramus, gementes et flentes in hac lacrimarum valle. Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte. Et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende. O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.
V. Ora pro nobis, Sancta Dei Genitrix.
R. Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

Dios te salve, reina y madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorandoen este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

SVB TVVM PRAESIDIVM
Sub tuum praesidium confugimus, Sancta Dei Genetrix. Nostras deprecationes ne despicias in necessitatibus, sed a periculis cunctis libera nos semper, Virgo gloriosa et benedicta. Amen.

Domina nostra, Mediatrix nostra, Advocata nostra: tuo Filio nos reconcilia, tuo Filio nos commenda, tuo Filio nos repraesenta.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.

Señora nuestra, Medianera nuestra, Abogada nuestra: reconcílianos con tu Hijo, encomiéndanos a tu Hijo, preséntanos ante tu Hijo.

MEMORARE
Memorare, O piissima Virgo Maria,a saeculo non esse auditum, quemquam ad tua currentem praesidia, tua implorantem auxilia, tua petentem suffragia, esse derelictum.Ego tali animatus confidentia, ad te, Virgo Virginum, Mater, curro, ad te venio, coram te gemens peccator assisto. Noli, Mater Verbi, verba mea despicere; sed audi propitia et exaudi. Amen.

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.
    
Alma Redemptoris Mater
Del Adviento al Bautismo del Señor

Alma Redemptoris Mater,
quae pérvia caeli porta manes,
et Stella maris,
succurre cadenti súrgere qui curat pópulo:
tu quae genuisti, natura mirante,
tuum sanctum Genitorem:
Virgo prius ac postérius,
Gabrielis ab ore sumens illud Ave,
peccatorum miserere.

Augusta Madre del Redentor
Del Adviento al Bautismo del Señor
Augusta Madre del Redentor, que del Cielo siempre Puerta abierta eres, y estrella del mar, socorre a tu pueblo caído, que anhela resucitar; tú que generaste, con maravilla de la naturaleza, a tu santo Creador, Virgen antes y después, que de la boca de Gabriel acogiste aquel saludo, ten piedad de los pecadores.

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Ave Regina Caelorum
Del Bautismo del Señor al miércoles Santo

Ave, Regina caelorum,
Ave, Dómina Angelorum:
Salve radix, salve porta,
ex qua mundo lux est orta:
Gaude Virgo gloriosa,
super omnes speciosa:
Vale, o valde decora,
et pro nobis Christum exora.

Salve Reina del Cielo
Del Bautismo del Señor al miércoles Santo
Salve, Reina del cielo, salve, Señora de los ángeles; salve, Raíz, salve, oh Puerta, de la cual la luz del mundo surgió; alégrate, Virgen gloriosa, graciosa entre todas las mujeres, salve, oh toda bella, y por nosotros a Cristo implora.

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Regina Caeli
De la Vigilia Pascual al Sábado después de Pentecostés

Regina caeli laetare, alleluia:
Quia quem meruisti portare, alleluia:
Resurrexit, sicut dixit, alleluia:
Ora pro nobis Deum, alleluia.

V/: Gaude et letaere Virgo Sacrata, alleluia.
R/: Quia surrexit Dóminus vere, alleluia.

Reina del Cielo
Alégrate, Reina del Cielo, aleluya.
Porque Aquél que mereciste llevar en tu seno, aleluya.
Ha resucitado según lo predijo, aleluya.
Ruega por nosotros a Dios, aleluya.

G/: Gózate y alégrate Virgen María, aleluya.
T/: Porque verdaderamente el Señor ha resucitado, aleluya.

AD SANCTVM IOSEPH
Virginum custos et pater, sancte Joseph, cujus fideli custodiae ipsa Innocentia Christus Jesus et Virgo virginum Maria commisa fuit; te per hoc utrumque carissimum pignus Jesum et Mariam obsecro et obtestor, ut me, ab omni immunditia praeservatum, mente incontaminata, puro corde et casto corpore Jesu et Mariae semper facias castissime famulari. Amen.

Fac nos innocuam, Ioseph, decurrere vitam. Sitque tuo Semper tuta patrocinio.

Oh custodio y padre de vírgenes San José, a cuya fiel custodia fueron encomendadas la misma inocencia Cristo Jesús y la Virgen de las vírgenes María. Por estas dos queridísimas prendas, Jesús y María, te ruego y te suplico me alcances que, preservado de toda impureza, sirva siempre con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.

Haz, oh José, que nuestra vida transcurra tranquila y que siempre sea segura bajo tu patrocinio.

AD SACRAM FAMILIAM
Iesu, Maria, Ioseph, vobis cor et animam meam dono.
Iesu, Maria, Ioseph, adstate mihi in extremo agone.
Iesu, Maria, Ioseph, in pace vobiscum dormiam et requiescam.

¡Jesús, José y María, Os doy el corazón y el alma mía!
¡Jesús, José y María, asistidme en vida y en mi última agonía!
¡Jesús, José y María, expire en paz con Vos el alma mía!

AD SANCTVM MICHAËLEM
Sancte Michaël Archangele, defende nos in proelio ut non pereamus in tremendo iudicio.

Oh San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla para que no perezcamos en el tremendo juicio.

AD SANCTVM ANGELVM CVSTODEM
Angele Dei, qui custos es mei, Me tibi commissum pietate superna: (hodie, hac nocte) illumina, custodi, rege, et guberna. Amen.

Ángel de Dios, que eres mi custodio: ya que la piedad de lo Alto me ha confiado a ti, ilumíname, guárdame, guíame, gobiérname.

AD OMNES ANGELOS ET SANCTOS
Omnes beatorum Spirituum ordines: orate pro nobis.
Omnes Sancti et Sanctae Dei: intercedite pro nobis.

Todos los órdenes de los bienaventurados espíritus: rogad por nosotros.
Todos los Santos y Santas de Dios: intercede por nosotros.

BENEDICTIO MENSAE
Benedic, Domine, nos (+) et haec (+) tua dona quae de tua largitate sumus sumpturi. Per Christum Dominum nostrum. Amen.

Iube, Domine benedicere.

(Ad prandium:) Mensae caelestis participes faciat nos, Rex aeternae gloriae. Amen.
(Ad coenam:) Ad cenam vitae aeternae perducat nos, Rex aeternae gloriae. Amen.

Bendícenos (+), Señor, y bendice (+) estos dones con los cuales seremos alimentados por tu largueza.

Manda, Señor, bendecirme

(A la comida:) Que el Rey de la gloria eterna nos haga partícipes de la mesa celestial. Amén.
(A la cena:) Que el Rey de la eterna gloria nos conduzca a la cena de la vida eterna. Amén.

PRO PAPA
Oremus pro Pontifice nostro Benedicto. Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum eius.

V. Tú es Petrus.
R. Et super hanc petram aedificabo Ecclesiam meam.

Oremus. Deus, omnium fidelium pastor et rector, famulum tuum N., quem pastorem Ecclesiae tuae praeesse voluisti, propitius respice: da ei, quaesumus, verbo et exemplo, quibus praeest, proficere: ut ad vitam, una cum grege sibi credito, perveniat sempiternam. Per Christum, Dominum nostrum. R. Amen.

Roguemos por nuestro Pontífice Benedicto. El Señor le conserve y le guarde, le haga feliz en la tierra y no permita que caiga en manos de sus enemigos.

V. Tú eres Pedro.
R. Y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

Oremos. Oh Dios, pastor y guía de todos los fieles, mira propicio a tu siervo Benedicto, a quien has querido hacer pastor y jefe de tu Iglesia; haz que con su ejemplo y su palabra aproveche a los que preside, y que en unión con la grey que te has dignado confiarle, consiga la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo. R. Amén.

PRO AGONIZANTIBVS
O Clementissime Iesu, amator animarum, obsecro te per agoniam Cordis tui sanctissimi et per dolores Matris tuae immaculatae lava in sanguine tuo peccatores totius mundi nunc positos in agonia et hodie (seu hac nocte) morituros. Amen.

Cor Iesu in agonia factum, miserere morientium.
Cor Mariae dolorossisimum, esto solacium omnibus agonizantibus.

Oh, clementísimo Jesús, Amador de las almas, suplícote por la Agonía de tu Corazón Santísimo, y por los Dolores de tu Madre Inmaculada, que laves en tu Sangre Preciosa,a todos los pecadores que estén agonizantes y hayan de morir en el día de hoy (o en esta noche).

Corazón agonizante de Jesús, tened misericordia de los moribundos.
Corazón dolorido de María, sed consuelo de todos los agonizantes.

PRO ANIMABVS DEFVNCTORVM
De profundis clamavi ad te, Domine; Domine exaudi vocem meam.
Fiant aures tuae intendentes in vocem deprecationis meae.
Si iniquitates observaveris,Domine, Domine, quis sustinebit?
Quis apud te propitiatio est, et propter legem tuam, sustinui te, Domine.
Sustinuit anima mea in verbo eius; speravit anima mea in Domino.
A custodia matutina usque ad noctem, sperat Israel in Domino.
Quia apud Dominum misericordia, et copiosa apud eum redemptio.
Et ipse redimet Israel ex omnibus iniquitatibus eius.

V. Requiem æternam dona eis, Domine.
R. Et lux perpetua luceat eis.
V. Requiescant in pace.
R. Amen.

Desde lo más profundo, yo clamo a ti, Señor, oye mi llamada.
Inclina tus piadosos oídos hacia mí y acoge mis súplicas.
Porque, si miras todos los pecados e injusticias cometidos, quién, Señor, podrá permanecer delante de Ti?
Por muy grandes que sean nuestros pecados la gracia de Dios es mucho mayor;Su mano nunca deja de ayudar por muy grande que sea el daño.Él solo es el buen pastor que redimirá a Israel de todos sus pecados.

V. Dadles, Señor, el descanso eterno.
R. Y que la luz perpetua les alumbre.
V. Que descansen en paz.
R. Amén.

Anima Christi
Anima Christi, sanctifica me.
Corpus Christi, salve me.
Sanguis Christi, inebria me.
Aqua lateris Christi, lava me.
Passio Christi, conforta me.
O bone Iesu, exaudi me.
Intra tua vulnera absconde me.
Ne permittas me separari a te.
Ab hoste maligno defende me.
In hora mortis meae voca me.
Et iube me venire ad te,
ut cum Sanctis tuis laudem te
in saecula saeculorum.
Amen.

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a Ti.

Para que con tus santos te alabe.

Por los siglos de los siglos. Amén

Oración a San Miguel Arcángel en latín
Sancte Michael Archangele, defende nos in proelio, contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.

Imperet illi Deus, supplices deprecamur: tuque, Princeps militiae coelestis, Satanam aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo, divina virtute, in infernum detrude. Amen.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.


viernes, 23 de abril de 2021

LOS SIETE DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ - Con Reflexiones -

 

 

 

LOS SIETE DOLORES Y GOZOS DE SAN JOSÉ

- Con Reflexiones -

 

        Siguiendo una antigua costumbre, la Iglesia invita a preparar la fiesta de  San José, el día 19 de marzo, haciendo memoria a lo largo de los siete domingos anteriores a esa fiesta (comienza, pues, el último domingo de enero o el primero de febrero) de los principales gozos y dolores de su vida. Aunque, lógicamente, esta devoción puede vivirse en cualquier otro momento.

 

     El Beato Jenaro Sarnelli (1702-1744), discípulo de San Alfonso María de Ligorio, fue quien inició esta piadosa devoción a San José, a la que los Papas Gregorio XVI (1831-1846) y Pío IX (1846-1878) enriquecieron con diversas indulgencias. Se consigue indulgencia plenaria cada domingo, aplicable a las almas del purgatorio, si se medita el misterio de gozo y dolor del domingo correspondiente y se contemplan los otros seis (además de las condiciones habituales de comunión, confesión y un tiempo de oración por el Papa y las necesidades de la Iglesia).

 

Por la señal de la santa cruz,...

 

PRIMER DOLOR

"Estando desposada su madre María con José,  antes de vivir juntos se halló que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo" (Mt 1,18)


José se sabía verdaderamente afortunado por haber encontrado a María, una mujer que pensaba como él y tenía a Dios como valor más importante de su vida. Reconoce y agradece los designios de la Providencia divina. Pero según las costumbres judías, el 'desposorio' que duraba aproximadamente año o año y medio, no llevaba consigo la vida común. Ésta comenzaba después de ese período de tiempo, cuando el esposo la llevaba a su propia casa.


José, en medio de su deseo por agradar a Dios y amar a su esposa, observa con sorpresa que María espera un niño. ¿Qué significa aquello? María era una mujer muy especial y en ese momento sospecha que algo grande ha debido suceder; algo que no era capaz de entender. El corazón de José se inunda de pena y, sin difamarla, decide repudiarla en secreto. Es un desgarro para él dejar a la persona de quien está enamorado; tener que desaparecer. El primer dolor en su joven vida. Es una hora difícil. Duda y angustia se entremezclan en él.


PRIMER GOZO

"El ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús" (Mt 1,20-21).


El dolor se trastocó en gozo, la tristeza en alegría. A José se le hace entender que María ha concebido virginalmente y que no sólo no debe abandonarla, sino que, siendo su esposo, el Salvador nacerá en el seno de una familia, de la cual él será el padre, pues debe poner el nombre al Niño. Gozo inmenso al conocer su misión: cuidar al Mesías prometido. Se le pide no separarse de Jesús ni de María. El dolor ha dado paso a la alegría desbordante y se va corriendo a contar a su esposa lo que acaba de descubrir: su vocación.


Antes José se sentía afortunado, pero al comprender los planes divinos siente una alegría mayor. José mira con inmenso cariño a María y agradece a Dios haberle escogido a él para contemplar y participar en tales sucesos divinos.


   Por este dolor y gozo te pedimos nos des firmeza en la fe y gran amor a tu divina Esposa.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

V. San José, protector nuestro.

R. Ruega por nosotros.

 


SEGUNDO DOLOR

"Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron" (Jn 1,11).


El carpintero de Nazaret debió haber preparado la mejor de las cunas para el Hijo de Dios. Pero un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio, cambia sus planes. Deben bajar a Judea, concretamente a Belén, puesto que descienden de la casa de David. Su afán por encontrar lugar apropiado, dada la situación en que se encuentra María, no tiene éxito. José se entristece en este segundo dolor, pero no se amilana.


Conocedor de la geografía betlenita, encuentra una gruta a las afueras de Belén. Todo es providencial para el alumbramiento de María, aunque la pobreza sea la luz bajo la cual hay que contemplar el Nacimiento del Redentor. Unos pañales, un pesebre... eso es todo. Pobreza que hace sufrir igualmente a José.


SEGUNDO GOZO

"(Los pastores) fueron deprisa y encontraron a María, a José y al niño reclinado en el pesebre" (Lc 2,16).


Cuando nace un niño se olvidan los sufrimientos porque ahí delante, sonriendo, está ese don del cielo que es la vida humana. José, además, tiene delante de sí al Hijo de Dios. Siente la alegría de tener a Dios cerca, muy cerca.


Van llegando unos pastores que, por indicación de ángeles, quieren ver al Salvador. El canto de miles de coros angélicos envuelve las voces de los pastores, manifestando que es fiesta en el cielo y en la tierra. José y María se admiran, y con el gozo consecuente, meditan estas cosas en su corazón.


Por este dolor y gozo alcánzanos del cielo el florecer de las cosas de la tierra y una gran ternura hacia el niño Jesús recién nacido.

Padrenuestro, Ave María y Gloria.

V. San José, protector nuestro.

R. Ruega por nosotros.

 

TERCER DOLOR

"Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de que fuera concebido en el seno materno" (Lc 2,21).


Los niños judíos eran circuncidados a los ocho días de nacer. Era un modo concreto de insertarse en el pueblo, derramando la primera sangre. Significaba la unión con la Alianza hecha por Dios con Abraham.


San José cumple este primer deber religioso de padre y, con el rito de la circuncisión, ejerce su derecho sobre Jesús. Las primicias de esta sangre apuntan de algún modo a la Alianza Nueva que el mismo Salvador realizará con su muerte en cruz. Este derramamiento de sangre ahora, repercutió dolorosamente en el corazón de San José.


TERCER GOZO

"Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1,21).


San Mateo en su evangelio consigna que corresponde a José imponer el nombre a Jesús. Con ello se declara, por una parte, su paternidad legal; y, por otra, se designa la misión salvadora que tiene el hijo que nacerá de su esposa. Jesús es un vocablo hebreo cuyo significado es "Yavé salva". Jesús será, pues, el Salvador. Es el nombre que María y José repetirán frecuentemente en el hogar de Nazaret. Pero este Niño no va a suprimir todos los males que aquejan a la humanidad, porque mientras haya pecado habrá sufrimiento, pero desde con Jesús este sufrimiento podrá servir de purificación y de corredención.


Toda la vida de Jesús será camino de salvación, y especialmente en la Cruz y la Resurrección se abrirán las compuertas de las aguas de la salvación. El nombre confiado a José por el ángel muestra esta realidad. Con extraordinario gozo cumplió la orden de ponerle el nombre el humilde José.


Por este dolor y gozo enséñanos a extirpar de nosotros todo vicio y afición desordenada y a invocar con frecuencia el nombre Santísimo de Jesús. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

V. San José, protector nuestro.

R. Ruega por nosotros.

 

CUARTO DOLOR

"Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre: Mira, éste ha sido puesto... como signo de contradicción... para que se descubran los pensamientos de muchos corazones" (Lc 2,34-35).


La Presentación de Jesús en el Templo es para los orientales la 'fiesta del Encuentro'. Jesús es presentado en brazos de María y José. Como manda la Ley de Moisés, ofrecen dos tórtolas (la ofrenda propia de las personas más pobres). Se encuentran con Simeón, hombre justo. Éste anuncia a María y a José lo que habrán de sufrir aquellos que quieran estar con Jesús. Serán perseguidos por causa de la justicia, por vivir conforme a la verdad. Y a María se le augura que su alma será traspasada por una espada de dolor.


José sufre por la dureza de los corazones de tantos que no admiten ni a Jesús, por aquellos que buscan su felicidad egoístamente. Y sufre por cuantos son maltratados por cumplir la voluntad de Dios.


CUARTO GOZO

"Porque han visto mis ojos tu salvación, la que preparaste ante todos los pueblos; luz para iluminar a las naciones" (Lc 2,30-31).


San Lucas presenta al anciano Simeón como 'hombre justo y piadoso', hombre de fe viva. Impulsado por el Espíritu, se acerca al Templo. Este anciano debió pertenecer a los círculos religiosos jerosolimitanos que esperaban con ansia la próxima venida del Mesías. Simeón agradece a Dios haber podido ver al Mesías antes de morir. En ese niño ha descubierto al Mesías. Inundándose de gozo, proclama un cántico de acción de gracias.


Si la espada anunciada a María entristeció a José, ahora se regocija con Simeón, ya que en Jesús se nos oferta la salvación universal.


Por este dolor y gozo ayúdanos a comprender el significado que tiene para nosotros el sufrimiento y únenos con Cristo por medio del dolor. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

V. San José, protector nuestro.

R. Ruega por nosotros.

 

QUINTO DOLOR

"El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo" (Mt 2,13).


José, cabeza de familia y tutor del niño, recibe un duro anuncio de parte del ángel. Debe huir sin pérdida de tiempo y emprender viaje hacia Egipto. Sin seguridad alguna, sin saber cuánto duraría el destierro.


La Sagrada Familia se siente perseguida a causa del Niño. Se convierten en emigrantes en busca de refugio. No se puede precisar el lugar exacto donde estuvieron, pero en el país del Nilo había bastantes colonias de judíos. Huir en la noche; salir de su tierra temiendo la persecución.


QUINTO GOZO

"Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dice el Señor por el profeta: De Egipto llamé a mi hijo" (Mt 2,15).


Sin saberlo José, se están cumpliendo las Escrituras Sagradas. No conoce hasta cuándo tienen que estar en Egipto. De momento está viviendo donde Dios quiere, como Dios quiere, con quien Dios quiere, hasta que Dios quiera. Procurando trabajar y entablar amistades, santificando lo que tiene que hacer en esos momentos. Es una familia misionera que tiene a Dios consigo.


Por este dolor y gozo enséñanos a abandonar todas las cosas de la tierra con tal de conservar en nuestro corazón a Cristo y danos el privilegio de ser, en alguna forma, apóstoles de Cristo.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

V. San José, protector nuestro.

R. Ruega por nosotros.

 

SEXTO DOLOR

"Él se levantó, tomó al niño y a su madre y regresó a la tierra de Israel. Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá" (Mt 2,21-22).


José, obediente como siempre a la voz de Dios, se dispone a regresar a su tierra. Dado que al frente de Judea está Arquelao, tan cruel como su padre, se dirigió hacia el Norte, siguiendo el camino de la costa para quedarse en la Galilea de los gentiles, de donde salió para empadronarse en Belén. Aunque camina contento, está preocupado por solucionar los problemas de cada día, por evitar los peligros del camino. Y no descansará tranquilo hasta el final del viaje. Finalmente, se estableció en Nazaret, donde Jesús habría de pasar escondido la mayor parte de su vida.

Quedarse en los dominios de Arquelao, hubiera sido una amenaza constante para el niño Jesús. Dios no ahorra al santo patriarca el miedo ni el dolor. Pero el plan de Dios se cumplirá.


SEXTO GOZO

"Y fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo dicho por los profetas: será llamado Nazareno" (Mt 2,23).


Hoy todos los caminos de Tierra Santa llevan a Nazaret. Pero entonces, aunque Lucas la denomina ciudad, Nazaret era una aldea casi desconocida. Ni siquiera Flavio Josefo, buen conocedor de la geografía palestina, la menciona. allí Jesús llevará una vida humilde, escondida a los ojos del mundo. En Nazaret estableció José de nuevo su taller de artesano. Jesús, todavía niño, juega con las virutas de serrín; aprende a moverse entre clavos y maderos para el momento de la redención.

José regresa con gozo a su tierra; goza porque Dios ha querido que sea artesano, padre y esposo. Porque, precisamente en medio de esas tareas, él está con Jesús y con la Virgen María. Trabajar satisface humanamente, es medio de subsistencia, sirve para sacar adelante la familia.


Por este dolor y gozo te suplicamos nos hagas cautelosos y prudentes en el servicio de Dios y nos alcances un día la dicha de ir al cielo, nuestra verdadera Patria.

 Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

V. San José, protector nuestro.

R. Ruega por nosotros.

 

SÉPTIMO DOLOR

"Le estuvieron buscando entre los parientes y conocidos, y al no hallarle, volvieron a Jerusalén en su busca" (Lc 2,44-45).


Jesús adolescente, en la primera vez que peregrina al Templo, se queda en Jerusalén, sin decir nada a sus padres. La angustia para José y María fue grande. Se sienten responsables de la pérdida. Tienen como misión custodiar al niño y lo han perdido. Los niños tenían libertad de movimientos; era natural que fuera en alguno de los grupos un tanto desordenados de la caravana.


José y María preguntaron a unos y a otros. Nadie sabía nada. Tres días que se hacían larguísimos. El séptimo dolor de José lo comparte igualmente María.

 

SÉPTIMO GOZO

"Al cabo de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y haciéndoles preguntas" (Lc 2,46).


Tras la penosa búsqueda, llegó el feliz encuentro. Y el gozo correspondiente. María, impulsada por el amor de madre, le manifestó la pena que tenían ambos por ignorar su paradero. Jesús responde de una manera que sus padres no logran comprender del todo: '¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?'.


En esta respuesta excepcional, Jesús llama a Dios su Padre, con propiedad y exclusividad únicas. Es consciente de su obra mesiánica. Su 'misión' es estar en las cosas de su Padre. María guardará estas palabras en su corazón y las comprenderá más tarde.


Por este dolor y gozo, te pedimos una infatigable solicitud por buscar a Cristo cuando lo hayamos perdido por el pecado y también de instruirnos con sus ejemplos y enseñanzas evangélicas. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

V. San José, protector nuestro.

R. Ruega por nosotros.

 

Para terminar:

Oremos por el Santo Padre y las necesidades de la Iglesia, para que nos conduzca al triunfo del Inmaculado Corazón de María y del Sagrado Corazón de Jesús:

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

San José, patrono de la Iglesia Universal, Ruega por nosotros

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.