ANTIGUA ORACIÓN A SAN JOSÉ
Está antigua oración a San
José, "es conocida por no fallar nunca".
Reza con fe y pide un
beneficio espiritual
Aunque san José nunca dijo
una sola palabra en las Escrituras, su silencioso ejemplo de fidelidad,
obediencia y cuidado para con la Sagrada Familia durante los años de formación
de Jesús hizo de él uno de los santos más queridos del cristianismo.
Se estima que la devoción al
padre adoptivo de Jesús comenzó entre los siglos III y IV. Pero, según el libro
de oración Pietá, hay una oración a san José que data del año 50:
“Esta
oración fue encontrada en el año 50 de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. En
1505, fue enviada por el Papa al emperador Carlos, cuando él estaba yendo a la
batalla [de Lepanto].
PROMESAS:
Quien lea esta oración, la
escuche o la guarde consigo nunca morirá de muerte repentina ni se ahogará, ni
le afectará el veneno o caerá en las manos del enemigo, ni será quemado en
cualquier fuego o derrotado en la batalla.
Reza esta oración durante
nueve mañanas por cualquier intención. Ella es conocida por no fallar nunca”.
Aquí está la oración que “es conocida por no
haber fallado nunca, que ofrece el pedido para el beneficio espiritual para
quien está rezando o para la persona por la que se está rezando”:
Oh san José, cuya protección
es tan grande, tan fuerte y tan inmediata ante el trono de Dios, a ti confío
todas mis intenciones y deseos.
Ayúdame, san José, con tu
poderosa intercesión, a obtener todas las bendiciones espirituales por
intercesión de tu Hijo adoptivo, Jesucristo Nuestro Señor, de modo que, al
confiarme, aquí en la tierra, a tu poder celestial, Te tribute mi
agradecimiento y homenaje.
Oh san José, yo nunca me
canso de contemplarte con Jesús adormecido en tus brazos. No me atrevo a acercarme
cuando Él descansa junto a tu corazón. Abrázale en mi nombre, besa por mí su
delicado rostro y pídele que me devuelva ese beso cuando yo exhale mi último
suspiro.
¡San José, patrono de las
almas que parten, ruega por mí! Amén.
Recuerda: Dios siempre atiende nuestras oraciones. Pero nosotros no siempre esperamos las respuestas que recibimos.
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