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El Niño Dios a nacido en Belén

HIMNO A SAN JOSÉ

HIMNO A SAN JOSÉ

Hoy a tus pies, ponemos nuestra vida; Hoy a tus pies, ¡Glorioso San José! Escucha nuestra oración, Y por tu intercesión, Obtendremos, la paz del corazón; En Nazaret, junto a la Virgen Santa, En Nazaret ¡Glorioso San José! Cuidaste al niño Jesús, Pues por tu gran virtud, Fuiste digno custodio de la luz. Con sencillez humilde carpintero; Con sencillez ¡Glorioso San José! Hiciste bien tu labor, obrero del Señor, Ofreciendo, trabajo y oración. Tuviste fe, en Dios y su promesa; Tuviste fe, ¡Glorioso San José! Maestro de oración, alcanzarnos el don, De escuchar, y seguir la voz de Dios:
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lunes, 11 de enero de 2021

CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ POR 33 DÍAS


 


CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ POR 33 DÍAS


Oraciones para los 33 días 

de Consagración a San José


Para  hacerse del 15 de Febrero al 19 de Marzo


Días: 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 | 

12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | 21

22 | 23 | 24 | 25 | 26 | 27 | 28 | 29 | 30 | 31

32 | 33 


 Con la frase “Guardián del Misterio de Dios” usada para describir el papel de San José en la historia de salvación, el papa Juan Pablo II nos ha dejado un punto de partida firme para comenzar nuestros 33 Días de Consagración a San José. Es para todos nosotros, para convertirnos en una nueva creación, para convertirnos en personas, quienes, tejidas por el Espíritu Santo, estamos ahora enfocados en Jesucristo, aquel que nos ofrece que lo sigamos (Mateo 4:19), llamados a convertirnos en guardianes fieles del Misterio de Dios.

 

Al realizar esta Consagración a San José le estamos pidiendo al Espíritu Santo, a través de la asistencia de San José y en imitación a él, poner de manifiesto la identidad que recibimos en nuestro bautismo, renacer para que podamos de forma permanente volver nuestra mirada a la maravilla de la maternidad de María, al niño que creció en sabiduría y fuerza y que por su sufrimiento, muerte y resurrección, un mundo ha sido redimido, un amor irrefutable se ha proclamado de forma definitiva y para siempre. Jesús, por medio de su sagrada persona y de su carne, ha vuelto a formar a la familia en un pesebre portador de Dios que contiene el misterio de la condición de hijo, de la verdadera entrega de uno mismo en el matrimonio, de la fidelidad casta por toda la vida a la voluntad de Dios y a la gloria de Su nombre. Dios va a usar esta consagración para acercarte a una colina diferente desde donde podrás entender de nuevo todo el misterio de tu ser en el Misterio de Dios; te llevará a abrazar esta nueva visión e identidad, una visión que está al día con Su plan, en el Misterio de Cristo, para que tu identidad y misión, con la asistencia celestial de San José, pueda, como una piedra preciosa, irradiar la luminiscencia de la Resurrección, la esperanza que no puede defraudar.

 

Si todavía no podemos entender que Jesús y su sufrimiento, muerte y Resurrección son el nuevo punto de transición en la historia —para cada uno de nosotros y para toda nuestra historia— entonces con mayor razón necesitamos esta consagración. Necesitamos la ayuda de aquel a quien Dios le confió este misterio para ayudarnos a remover las vendas de nuestros ojos, mismas que turbaron a San Pablo y todavía nos frustran a nosotros, para que la grandeza que Dios tiene reservada para todos nosotros, Su gloria, pueda revelarse. Les pido que se unan a mí y a toda la arquidiócesis de Detroit durante este Día del Padre —de manera particular a todos los hombres que poseen el carisma de la paternidad, sacerdocio y fieles por igual—- a que caminen estos 33 días con San José, con la confianza de que, con su ayuda, y por medio del Espíritu Santo, nos haremos guardianes más aptos del Misterio de Dios.


Los exhorto a ustedes, padres, jóvenes y mayores, a que pongan atención especial a los retos que contiene esta consagración para que vean en ellos el reto de nuestra autocomplacencia y letargo para comenzar a practicar de nuevo el don que se nos aclara a medida que meditamos en la maternidad de María y en la maternidad de nuestras propias esposas amadas. Si por alguna razón un día no puedes cumplir con la consagración, no te preocupes. Todos lo estamos haciendo lo mejor que podemos. Simplemente, al día siguiente haz oración por el día que faltaste y continúa con tu consagración.

Dios nos bendiga a todos y nos conceda participar en la renovación de todas nuestras familias.

— Obispo Gerard Battersby ­­—


Acompañemos a San José en estos 33 días de Consagración al igual que lo acompaño María a Belén para inscribirse en el libro del censo...