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El Niño Dios a nacido en Belén

HIMNO A SAN JOSÉ

HIMNO A SAN JOSÉ

Hoy a tus pies, ponemos nuestra vida; Hoy a tus pies, ¡Glorioso San José! Escucha nuestra oración, Y por tu intercesión, Obtendremos, la paz del corazón; En Nazaret, junto a la Virgen Santa, En Nazaret ¡Glorioso San José! Cuidaste al niño Jesús, Pues por tu gran virtud, Fuiste digno custodio de la luz. Con sencillez humilde carpintero; Con sencillez ¡Glorioso San José! Hiciste bien tu labor, obrero del Señor, Ofreciendo, trabajo y oración. Tuviste fe, en Dios y su promesa; Tuviste fe, ¡Glorioso San José! Maestro de oración, alcanzarnos el don, De escuchar, y seguir la voz de Dios:

Día 25 Consagración a San José por 33 días

 


CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ POR 33 DÍAS 


Oración 25

San José, Guardián del Misterio de Dios

 

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. Porque Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme a la buena intención de Su voluntad, para alabanza de la gloria de Su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado. En Él tenemos redención mediante Su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de Su gracia que ha hecho abundar para con nosotros. En toda sabiduría y discernimiento nos dio a conocer el misterio de Su voluntad, según la buena intención que se propuso en Cristo, con miras a una buena administración en el cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra (Efesios 1:3-10).

 

El primer capítulo de Efesios anuncia “el misterio” de la voluntad de Dios, esto es, el plan de salvación de Dios, un plan que se mantuvo en silencio en el pasado (Antigua Alianza), pero que se ha revelado en la plenitud de los tiempos (Nueva Alianza). La voluntad de Dios es que el hombre tenga acceso al Padre a través de Cristo, la Palabra hecha carne, por medio del Espíritu Santo y hacernos partícipes de la naturaleza divina (c.f. Efesios 2:18, 2 Pedro 1:4). Junto a María, San José es el primer guardián de este divino misterio.

 

 Ser un guardián significa ser un defensor, protector o custodio. La Santísima Virgen María “protegió y defendió” el plan de Dios de la redención por medio de su fe. A lo largo de la vida de Jesús, ella fue fiel al plan de Dios, especialmente en el Calvario y durante el evento de Pentecostés. Aunque la vida terrenal de José terminó antes de que el misterio de la Redención se completara, la fe de José apuntaba hacia la misma dirección: estuvo determinado por completo por el mismo misterio del que él, junto con María, fue el primer guardián. La Encarnación y la Redención constituyen una unidad orgánica e indisoluble en la que “el plan de revelación se lleva a cabo con palabras y acciones que están intrínsecamente unidas entre sí”. Por esta unidad el Papa Juan XXIII, gran devoto de San José, pidió que el nombre de José se insertara en el Canon Romano de la Misa —que es el memorial perpetuo de la redención— después del nombre de María y antes del nombre de los apóstoles, papas y mártires (Redemptoris Custos, n.6).

 

Como discípulos de Jesús, nosotros también somos llamados a ser guardianes del Misterio de Dios por medio de nuestra fe en las promesas de Dios y de la forma en que vivimos nuestras vidas. Vivimos en un mundo cada vez más globalizado e interconectado, influenciado fuertemente por puntos de vista seculares y perspectivas no bíblicas. Estos puntos de vista prevalecerán aún más a no ser que hablemos sin reservas, desenmascaremos las enseñanzas falsas y nos convirtamos en heraldos del Evangelio. Las Escrituras son claras en cuanto a que debemos estar preparados para comunicar la verdad del Evangelio cuando tengamos oportunidad y hacerlo con caridad.

 

San José, Guardián del Misterio de Dios, ora por mí para que pueda hacer lo que me corresponde y defienda el misterio de la Redención y lo proclame a aquellos que Cristo pone en mi camino.


Reto diario:

 ¿Puedes identificar las enseñanzas falsas del mundo secular de hoy en día que nos alejan de las verdades de Dios? Identifica una que tal vez se haya infiltrado en tu pensamiento o en el de algún familiar. Pide la sabiduría para ver de nuevo a través de los ojos de la fe, busca recursos en una fuente católica confiable para equiparte con una respuesta de fe y así decir la verdad en amor.

Reza la Letanía de San José.


LETANÍA DE SAN JOSÉ

1.-Señor, ten piedad de nosotros.  Se repite

2.-Cristo, ten piedad de nosotros.

3.-Señor, ten piedad de nosotros.

4.-Cristo, óyenos.

5.-Cristo, escúchanos. 

6.-Dios, Padre celestial.  R. Ten piedad de nosotros.

7.-Dios Hijo, Redentor del mundo

8.-Dios Espíritu Santo

9.-Santa Trinidad, un solo Dios  

10.-Santa María,  R. Ruega por nosotros.

11.-San José

12.-Ilustre descendiente de David

13.-Luz de los patriarcas

14.-Esposo de la Madre de Dios

15.-Custodio purísimo de la Virgen,

16.-Nutricio del Hijo de Dios

17.-Diligente defensor de Cristo

18.-Jefe de la Sagrada Familia

19.-José justo

20.-José casto

21.-José prudente

22.-José fuerte

23.-José obediente

24.-José fiel

25.-Espejo de paciencia

26.-Amante de la pobreza

27.-Modelo de obreros

28.-Gloria de la vida doméstica

29.-Custodio de vírgenes

30.-Sostén de las familias

31.-Consuelo de los desdichados

32.-Esperanza de los enfermos

33.-Patrono de los moribundos

34.-Terror de los demonios

35.-Protector de la santa Iglesia   

36.-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo     R.  Perdónanos, Señor.

37.-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo    R.   Escúchanos, Señor.

38.-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo    R.  Ten piedad de nosotros.

39.-Lo nombró administrador de su casa.

R. Y señor de todas sus posesiones.

ORACIÓN

¡Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo de tu Santísima Madre!; te rogamos nos concedas tenerlo como intercesor en el cielo, ya que lo veneramos como protector en la tierra. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

Oración para todos los días:

Glorioso San José, protector, modelo y guía de las familias cristianas: Te ruego protejas a la mía. Haz reinar en ella el espíritu de fe y de religión, la fidelidad a los mandamientos de Dios y de la Iglesia, la paz y la unión de los hijos, el desprendimiento de los bienes temporales y el amor a los asuntos del cielo. Dígnate velar sobre todos nuestros intereses. Ruega al Señor que bendiga nuestra casa. Otorga la paz a la familia, acierto a los hijos en la elección de estado. Concede a todos los miembros de nuestra familia y de todas las familias de la tierra, la gracia de vivir y morir en el amor de Jesús y de María. Amén.

 

TE SUPLICAMOS SAN JOSÉ:

1. De los males que nos amenazan, libra nuestras familias.

2. De las discordias y roces, libra nuestras familias.

3. De las enfermedades y aflicciones, libra nuestras familias.

4. De la tristeza y desesperanzas, libra nuestras familias.

5. Del espíritu mundano, libra nuestras familias.

6. De los peligros de los falsos valores de hoy, libra nuestras familias.

7. De la ausencia y el abandono de los padres, libra nuestras familias.

8. De la inmoralidad matrimonial, libra nuestras familias.

9. De las modas y costumbres escandalosas, libra nuestras familias.

10. De la indiferencia y rebeldía religiosa, libra nuestras familias.

11. De la liviandad y la deshonestidad, libra nuestras familias.

12. De las amistades malas y peligrosas, libra nuestras familias.

13. De la falta de amor, libra nuestras familias.

14. De las incomprensiones y falta de diálogo, libra nuestras familias.

15. De la desunión y separaciones, libra nuestras familias.

16. De los abortos y descuidos de la vida, libra nuestras familias.

17. De la falta de fe, libra nuestras familias.

18. De las dificultades financieras, libra nuestras familias.

19. De la falta de pan y de casa, libra nuestras familias.

20. De las enfermedades y desgracias, libra nuestras familias.

21. De la muerte eterna, libra nuestras familias.

22. San José, ruega por nosotros! Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

OREMOS:

Dios de bondad y misericordia, por intercesión de San José, salva nuestras familias, haz que vivan unidas y firmes en el amor.

Así como las uniste en vida por la sangre, tu bondad las reúna por la caridad en el Reino eterno. Amén.

 

Para terminar: 
Oremos por el Santo Padre para que nos conduzca al triunfo del Inmaculado Corazón de María y del Sagrado Corazón de Jesús:
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

San José, patrono de la Iglesia Universal, Ruega por nosotros

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


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