CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ POR 33 DÍAS
Oración 9
Castísimo
En 1998, en una aparición
a Edson Glauber, un estudiante universitario brasileño, el Niño Jesús le habló
a Edson sobre el corazón castísimo de San José. Jesús dijo:
“Aquí en su corazón yo vivo porque es puro y santo. Que todos
los corazones sean como este para que pueda ser mi hogar en la Tierra. Imiten a
este corazón para que puedan recibir mis gracias y bendiciones”.5
¿Cuántos corazones hay como el de San José? La lujuria es el vicio predominante en el corazón de muchos hombres en la actualidad. El mundo está lleno de acciones inmorales y llenas de deseos sexuales. Estas acciones ofenden mucho a Dios, arruinan familias y claman al cielo por justicia. Las Escrituras advierten de manera clara evitar la inmoralidad:
Destruyan lo que hay de mundano en ustedes: la lujuria, la
impureza, las pasiones desenfrenadas, los malos deseos y la avaricia, que es
una especie de idolatría (Colosenses 3:5)
San José es un poderoso intercesor en la batalla por la pureza.
Si las tentaciones en contra de la pureza agitan tu mente, corazón y alma, ¡aférrate
a José! San José tiene la capacidad de aumentar la virtud de la castidad en tu
corazón y guiarte hacia el amor verdadero y lleno de virtud de Dios y de los
demás. La Iglesia necesita sacerdotes santos y llenos de virtud y el mundo
necesita hombres santos que amen a sus esposas como San José amó a María. Si
los hombres reverencian a sus esposas como templos sagrados, las familias se
renovarán y se superarán los males de nuestro tiempo que atacan la dignidad de
la persona humana.6
San José, castísimo, ora para que crezca en la virtud de la
castidad. Ayúdame a salir victorioso en contra de la lujuria y triunfante sobre
el pecado. Pelea por mí en contra de la maldad y de las trampas del demonio y
ayúdame a refugiarme en ti.
Reza la Letanía de San José. (CLIC AQUÍ)
Reto diario:
De manera honesta y en
oración, confronta y deja al descubierto todos los pensamientos y acciones
inmorales que albergas o en las que participas en la actualidad, aunque
parezcan inofensivas, insignificantes o habituales. Decide llevarlas al
sacramento de la Reconciliación.
Oración
final para todos los días:
Glorioso San José, protector, modelo y guía de las familias
cristianas: Te ruego protejas a la mía. Haz reinar en ella el espíritu de fe y de
religión, la fidelidad a los mandamientos de Dios y de la Iglesia, la paz y la
unión de los hijos, el desprendimiento de los bienes temporales y el amor a los
asuntos del cielo. Dígnate velar sobre todos nuestros intereses. Ruega al Señor
que bendiga nuestra casa. Otorga la paz a la familia, acierto a los hijos en la
elección de estado. Concede a todos los miembros de nuestra familia y de todas
las familias de la tierra, la gracia de vivir y morir en el amor de Jesús y de
María. Amén.
TE SUPLICAMOS SAN JOSE:
1. De los males que nos amenazan, libra nuestras familias.
2. De las discordias y roces, libra nuestras familias.
3. De las enfermedades y aflicciones, libra nuestras
familias.
4. De la tristeza y desesperanzas, libra nuestras familias.
5. Del espíritu mundano, libra nuestras familias.
6. De los peligros de los falsos valores de hoy, libra
nuestras familias.
7. De la ausencia y el abandono de los padres, libra nuestras
familias.
8. De la inmoralidad matrimonial, libra nuestras familias.
9. De las modas y costumbres escandalosas, libra nuestras
familias.
10. De la indiferencia y rebeldía religiosa, libra nuestras
familias.
11. De la liviandad y la deshonestidad, libra nuestras
familias.
12. De las amistades malas y peligrosas, libra nuestras
familias.
13. De la falta de amor, libra nuestras familias.
14. De las incomprensiones y falta de diálogo, libra nuestras
familias.
15. De la desunión y separaciones, libra nuestras familias.
16. De los abortos y descuidos de la vida, libra nuestras
familias.
17. De la falta de fe, libra nuestras familias.
18. De las dificultades financieras, libra nuestras familias.
19. De la falta de pan y de casa, libra nuestras familias.
20. De las enfermedades y desgracias, libra nuestras
familias.
21. De la muerte eterna, libra nuestras familias.
San José, ruega por nosotros! Para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
OREMOS:
Dios de bondad y misericordia, por intercesión de San José,
salva nuestras familias, haz que vivan unidas y firmes en el amor.
Así como las uniste en vida por la sangre, tu bondad las
reúna por la caridad en el Reino eterno. Amén.
Para terminar:
Oremos por el Santo Padre para que nos conduzca al triunfo del Inmaculado Corazón de María y del Sagrado Corazón de Jesús:
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
†
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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