ENTRADAS POPULARES

SANTORAL LITÚRGICO

El Niño Dios a nacido en Belén

HIMNO A SAN JOSÉ

HIMNO A SAN JOSÉ

Hoy a tus pies, ponemos nuestra vida; Hoy a tus pies, ¡Glorioso San José! Escucha nuestra oración, Y por tu intercesión, Obtendremos, la paz del corazón; En Nazaret, junto a la Virgen Santa, En Nazaret ¡Glorioso San José! Cuidaste al niño Jesús, Pues por tu gran virtud, Fuiste digno custodio de la luz. Con sencillez humilde carpintero; Con sencillez ¡Glorioso San José! Hiciste bien tu labor, obrero del Señor, Ofreciendo, trabajo y oración. Tuviste fe, en Dios y su promesa; Tuviste fe, ¡Glorioso San José! Maestro de oración, alcanzarnos el don, De escuchar, y seguir la voz de Dios:

miércoles, 27 de julio de 2022

Himno a san José

 

 

Himno a san José

 

Hoy a tus pies ponemos nuestra vida.                           

Hoy a tus pies, Glorioso San José. 

Escucha nuestra oración y por tu intercesión               

Obtendremos la paz del corazón.                                    

 

En Nazaret junto a la Virgen Santa.

En Nazaret, Glorioso San José

Cuidaste al niño Jesús pues por tu gran virtud

Fuiste digno custodio de la luz.

 

Con sencillez humilde carpintero.

Con sencillez, Glorioso San José

Hiciste bien tu labor obrero del Señor

Ofreciendo trabajo y oración.

 

Tuviste Fe en Dios y su promesa.

Tuviste Fe, Glorioso San José.

Maestro de oración alcánzanos el don

De escuchar y seguir la voz de Dios.






lunes, 25 de julio de 2022

NOVENA A SANTIAGO APÓSTOL



 

NOVENA A SANTIAGO APÓSTOL

 

PERSIGNARSE

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Dios y Señor infinitamente Misericordioso, sin cuyo auxilio nada podemos y nada valen nuestras obras, dignaos, Señor, concedérmele, para que os sea agradable este culto que deseo rendir a vuestro amado Discípulo y glorioso Patrón de España, a quien debemos la Fe con que os adoramos los Españoles.

No miréis, Señor piadosísimo, a la gravedad de mis culpas, que humildemente os confieso. Perdonádmelas, Señor, por la Pasión y Muerte de vuestro Santísimo Hijo y dulcísimo Redentor mío, por las lágrimas de su Purísima Madre, y por el martirio de nuestro Apóstol, pues de todo corazón me pesa de haberos ofendido, por ser quien sois infinitamente amable, poderoso y justo.

Quisiera antes morir que haber agraviado a vuestra inmensa Majestad: propongo firmísimamente enmendarme con vuestra gracia, que espero de vuestra misericordia, y hacer por ella todo lo posible para vivir y morir como hijo de la Santa Madre Iglesia, y de mi padre y maestro el Apóstol Santiago, y merecer alabaros con él eternamente en la Gloria. Amén.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Fidelísimo Discípulo del Divino Maestro Jesucristo, que mereciste os escogiese por una de las primeras columnas de su Iglesia, y por fundador y Patrono de las de España, que por vuestra predicación y merecimientos recibió la Fe Católica, y espera mantenerla hasta el fin del mundo. ¡Oh Padre y protector de todos los fieles, especialmente los Españoles, a quienes dejasteis por prenda de vuestro paternal amor el tesoro preciosísimo de vuestro sagrado cuerpo gloriosamente depositado en la magnífica Basílica de Compostela, a cuya espada debe España sus triunfos, en cuyo Bordón tiene su seguro arrimo, y por cuyos respetos franquea Dios la puerta de sus misericordias con tanta Indulgencia para la remisión de sus culpas: Bendito seáis de todas las naciones naturales y extranjeras: aclamado seáis y venerado de todas por ínclito Patrón nuestro.

Gózome, Santo mío, de que de todas las partes del mundo concurran a venerar vuestras sagradas reliquias, y os pido rendidamente me alcancéis parte de los merecimientos de tantos devotos peregrinos, como con tanta fatiga, mortificación y penitencia buscan vuestro amparo, y veneran vuestro patrocinio. Con todos ellos os amo, con ellos os venero, y con ellos quisiera ir publicando por tantas partes del Orbe, cuantas pasan en su dilatada peregrinación vuestras excelentes prerrogativas y vuestro glorioso nombre. Confirmadme, Santo mío, en la Santa Fe que os debo, y en el Santo temor de Dios que tanto necesito. Concededme del Todopoderoso el favor que os pido en esta Novena, para tener ese motivo más de daros las gracias en la Gloria. Amén.

 

ORACIÓN DE CADA DÍA....

 

PRIMER DÍA A SANTIAGO APÓSTOL

Gloriosísimo Apóstol y amantísimo Patrón nuestro Santiago, que a la primera voz con que el Divino Maestro os llamó para discípulo suyo, os resolvisteis prontísimamente a seguirlo, abandonando con ánimo generoso las conveniencias y esperanzas del mundo, y aún a vuestro padre, por entregaros enteramente a la voluntad y servicio del Señor: infinitas gracias doy a su Majestad por este singular beneficio que os hizo, y a Vos os ensalzo y engrandezco por la puntualísima obediencia y fidelidad con que le habéis correspondido.

Bien veis, Santo mío, cuán metido me hallo en las redes de mis pasiones, preso de mi amor propio, y atado a mis temporales intereses, que me impiden seguir a Dios y atender a sus amorosos llamamientos.

Alcanzadme del Señor una alentada resolución como la vuestra, para romper estos lazos y desembarazarme de todos los cuidados que me estorben el servicio de Dios, y dadme una rendida atención a sus divinas inspiraciones para aplicarlas y obedecerlas, como Vos lo hicisteis.

Promoved y fomentad la Fe, la Religión, y aun la felicidad temporal de la Iglesia, y particularmente de la España que por Patrón os venera, para que amitándoos en seguir a Cristo acá en la tierra, os acompañemos también en gozar de su vista en la Gloria. Amén.

Aquí se pedirá la gracia que se desea obtener, se rezarán tres Padre nuestro y tres Ave María, en reverencia de la vocación, predicación y martirio del Santo. Los gozos pueden ser rezados todos los días.

 

SEGUNDO DÍA A SANTIAGO APÓSTOL

Invictísimo Defensor de la Fe y señalado Patrón de España, a quien el Divino Jesús distinguió con el renombre de hijo del Trueno, profetizando los fogosos incendios de caridad con que había de consumir la idolatría en estos Reinos e ilustrarlos con la luz del Evangelio, añadid a ese imponderable beneficio el de alcanzarme de Dios eficaces auxilios para que así como Vos desempeñasteis con las obras el título que su Majestad os ha dado, verificándolo en las incansables fatigas de vuestro Apostólico celo, así yo desempeñe el nombre de cristiano, cumpliendo exactamente con las obligaciones que con Él he contraído para que en el día del juicio, en que habéis de recontar Nuestro rebaño, no me desconozcáis de oveja vuestra.

Lo mismo os pido para todos los fieles, especialmente los españoles. No levantéis la mano del cuidado de su salvación, que os costó tanto sudor. Conservadlos en paz exterior e interior, siempre triunfantes de sus enemigos visibles e invisibles para mayor gloria de Dios y vuestra, y para que seamos dignos de acompañaros en la Patria celestial. Amén.

Aquí se pedirá la gracia que se desea obtener, se rezarán tres Padre nuestro y tres Ave María, en reverencia de la vocación, predicación y martirio del Santo. Los gozos pueden ser rezados todos los días.

 

TERCER DÍA A SANTIAGO APÓSTOL

Dichosísimo Apóstol, que por la fiel correspondencia a los favores del Todopoderoso Jesús os hicisteis digno de sus altas confianzas, y de que se acompañase de Vos para las obras de su Omnipotencia, llevándoos consigo para testigo de la portentosa resurrección de la hija de Jairo, yo os suplico rendidamente, por esta particular distinción que su Majestad hizo de Vos, presentéis al Señor mi pobre alma, quizá muerta por la culpa, o a lo menos lastimosamente débil y lánguida por su tibieza, para que su infinita piedad la resucite a la vida de la gracia, la fomente, e infunda un nuevo y vigoroso espíritu, con que en adelante le sirva con más fervor y más vivo deseo de su mayor honra.

Haced, amantísimo Patrón nuestro, lo mismo con todos los infelices que están en pecado mortal, solicitando de la Divina Clemencia una especial asistencia a estos Reinos de España, para que en ellos florezca más y más la Fe, y la Religión que Vos le enseñasteis, y para que nuestras almas respiren siempre aquel aliento que Vos le comunicasteis, y lleguen vivas a la presencia del Señor y vuestra en la gloria. Amén.

Aquí se pedirá la gracia que se desea obtener, se rezarán tres Padre nuestro y tres Ave María, en reverencia de la vocación, predicación y martirio del Santo. Los gozos pueden ser rezados todos los días.

 

CUARTO DÍA A SANTIAGO APÓSTOL

Dilectísimo Ministro de la Majestad suprema de Dios y tan favorecido del Soberano Jesús, que no quiso en la tierra manifestar la gloria de su maravillosa Transfiguración sin que vos fueseis participante de ella, os suplico encarecidamente por aquel gozo que tuvisteis en el Tabor, cuando visteis en él reducida a un breve Mapa la Bienaventuranza eterna, que así como para subir a la cumbre, en que merecisteis gozarla, os confundisteis con la abnegación de vos mismo, el desprecio del mundo y una rendida obediencia a los Preceptos de Jesucristo, así por los mismos medios me disponga para recibir del Señor una luz con que más claramente conozca y contemple en esta vida sus perfecciones y altísimos Atributos, para que más y más enamorado de aquella incomprensible hermosura, desprecie por ella todas cuantas delicias me pueda ofrecer la tierra, y ponga todos mis cuidados en conseguir las del Cielo. Amén.

Aquí se pedirá la gracia que se desea obtener, se rezarán TRES PADRE NUESTRO Y TRES AVE MARÍA, en reverencia de la vocación, predicación y martirio del Santo. Los gozos pueden ser rezados todos los días.

 

QUINTO DÍA A SANTIAGO APÓSTOL

Benignísimo Padre y Patrón nuestro, tan tiernamente amado del Salvador del mundo, que no quiso apartaros de su lado en las agonías que padeció en el Huerto, y le debisteis la dulce Piedad de disimularos que estuvieseis durmiendo, mientras su Majestad, desangrándose en sudor copioso, estaba orando; yo os suplico humildemente, que así como vos, recobrado de aquel sueño supisteis pagar al Señor aquel descanso con las fatigas, desvelos y sudores de vuestro Apostólico ministerio; hasta dar la vida por Él, que la había dado por vos,  así yo, considerando la gran pérdida de tiempo que diariamente hago en estar dormido para el cuidado de mi alma, y demasiadamente despierto para los del mundo, abra desde ahora con vuestro ejemplo los ojos, para ver cuán lejos voy del camino que me habéis enseñado, y conciba un propósito eficacísimo de desvelarme más por mi salvación y no perdonarme fatiga ni sudor alguno, que me conduzca para el bien espiritual de mi alma, por no degenerar de hijo vuestro y merecer por vos, y con vos, el eterno descanso. Amén.

Aquí se pedirá la gracia que se desea obtener, se rezarán tres Padre nuestro y tres Ave María, en reverencia de la vocación, predicación y martirio del Santo. Los gozos pueden ser rezados todos los días.

 

SEXTO DÍA A SANTIAGO APÓSTOL

Esforzadísimo Campeón de la Iglesia, animosísimo Santiago, a cuyo generoso espíritu encomendó el Supremo Rey la ardua empresa de hacer frente a la judaica perfidia, y sujetar a la Divina Ley la gentílica protervia de toda España, infinitas gracias os doy por la animosidad y la fortaleza con que habéis cumplido con este soberano encargo, y por lo mismo os suplico rendidamente, que así como plantasteis en estos Reinos la Fe y la verdadera Religión de Jesucristo, así en ellos, y particularmente en mí, cuidéis de conservarla y promoverla. No ignoráis, Santo mío, que en mí, y quizá en muchísimos, está muy apagada (o como muerta) la Fe por falta de obras dignas del carácter de legítimos hijos vuestros. No se pierda, amantísimo Padre, vuestro trabajo. No os avergoncemos con nuestro indigno proceder.

Sacad la Espada contra nuestros rebeldes apetitos, que nos tienen en peor cautiverio que los moros. Rescatadnos de la mísera esclavitud de nuestras pasiones, bárbaramente dominantes.

Convertidnos, celosisimo Operario, de nuevo, para que la penitencia y el continuo ejercicio de las virtudes acrediten que somos de la Bandera del Grande Apóstol Santiago, así en la Militante, como en la Triunfante Iglesia. Amén.

Aquí se pedirá la gracia que se desea obtener, se rezarán tres Padre nuestro y tres Ave María, en reverencia de la vocación, predicación y martirio del Santo. Los gozos pueden ser rezados todos los días.

 

SÉPTIMO DÍA A SANTIAGO APÓSTOL

Afortunadisimo Apóstol, tan favorecido de la Soberana Reina del Cielo, María Santísima, que le merecisteis, aun estando ella en esta vida, viniese en persona desde Jerusalén a España a visitaros, fortaleceros y significaros que era gusto de Dios y suyo le erigieseis en Zaragoza un Templo, que fue el primero que en el Orbe Cristiano se vio consagrado a la verdadera única Deidad, y a la que le dio el humano Ser; yo os suplico por el mérito y el consuelo que tuvisteis en ejecutar tan dulce y tan honroso precepto, consagréis también mi corazón en Templo de María Santísima, y le hagáis firmísima Columna sobre la cual esté siempre dignamente colocada y servida de mis potencias y sentidos, como amabilísima Madre, y poderosísima Señora.

Haced, tiernísimo devoto de esta gran Reina, que todos os imitemos en amarla y en servirla, para que así como se dignó visitaros en vida, así en ella, y en la hora de nuestra muerte nos visite, y asista hasta ponernos seguros en la Gloria. Amén.

Aquí se pedirá la gracia que se desea obtener, se rezarán tres Padre nuestro y tres Ave María, en reverencia de la vocación, predicación y martirio del Santo. Los gozos pueden ser rezados todos los días.

 

OCTAVO DÍA A SANTIAGO APÓSTOL

Constantísimo soldado de Jesucristo, que por servirle leal y valerosamente, no sosegasteis hasta derramar gustosamente vuestra sangre, y rendir por Él vuestra cabeza al cuchillo, yo os engrandezco y alabo por esa heroica constancia; y os suplico rendidamente me alcancéis la que necesito, para estar pronto a perder antes mil vidas que faltar a la ley que debo a mi Dios y mi Criador. Y pues vuestro celo fue tanto, que aun cuando os llevaba al suplicio, tuvisteis compasión de un paralítico dándole perfecta salud, y orasteis a Dios tan eficazmente por vuestro declarado perseguidor Josías, que le hicisteis tan amigo vuestro, que logró a vuestro lado la corona del martirio; miradme, Santo mío, con ojos de igual piedad.

En mi alma, y en las de otros hay mucho que sanar, y no hay poco que convertir. Sanadnos, Patrón amable, y convertidnos. Alentad nuestro espíritu y confortadlo, para resistir firmemente los combates del enemigo, y perder cuando sea necesario, honra, vida y hacienda, antes que perder la gracia, perseverando siempre en ella, hasta poseer la Gloria. Amén.

Aquí se pedirá la gracia que se desea obtener, se rezarán tres Padre nuestro y tres Ave María, en reverencia de la vocación, predicación y martirio del Santo. Los gozos pueden ser rezados todos los días.

 

NOVENO DÍA A SANTIAGO APÓSTOL

Suavísimo Bienhechor y Padre de los Españoles, que en vuestra última disposición, conforme a la del Altísimo, a la que siempre os arreglasteis, tuvisteis con ellos la Paternal atención de dejarles el preciosísimo legado de vuestro sagrado Cuerpo, queriendo tuviese en Compostela su descanso, su Sepulcro y su Solio, para moveros por esta sagrada prenda a continuarnos nuestra poderosa protección: yo os alabo, os magnifico y os rindo las gracias por esta particularísima seña de vuestro amor a los Españoles. ¿Con qué os pagaremos, Patrón amabilísimo, este imponderable favor? ¡Oh, si supiésemos estimarlo! ¡Oh, sí acertásemos a darle aquel culto puro y aquella álgida veneración que nos merece! No permitáis, Santo mío, en vuestros vasallos, y en los felicísimos herederos y poseedores de vuestras Sagradas Reliquias el feísimo vicio de la ingratitud.

Todo el mundo os ame, os reverencie y os ensalce; pero nosotros sobre todos. Dadnos, Apóstol prodigioso, una humilde confusión de ver lo poco que hacemos en culto vuestro, a vista de lo que tantos de tan distintas Naciones ejecutan por lograr el consuelo de tocar respetuosamente las losas de vuestra Apostólica Basílica.

Haced que conmutemos las penalidades y gastos de la peregrinación de otros en obras de mortificación y caridad, especialmente con los mismos peregrinos, y últimamente proteged vuestra España; prosperad sus Monarcas, aumentad sus victorias, para que reine hasta el fin del mundo en nosotros la Fe, la Religión y la gracia de Dios, que por su infinita misericordia nos lleve a acompañaros en la eterna Patria. Amén.

Aquí se pedirá la gracia que se desea obtener, se rezarán tres Padre nuestro y tres Ave María, en reverencia de la vocación, predicación y martirio del Santo.

Los gozos pueden ser rezados todos los días.

 

GOZOS A SANTIAGO APÓSTOL

(Con su antífona)


Santiago, Apóstol glorioso

De la España esclarecida

En la muerte y en la vida

Sed nuestro Patrón piadoso.


Al punto que habéis oído

A Jesús que os ha llamado,

Del mar del mundo arriesgado,

Las redes echáis a olvido:

A su interés engañoso

Disteis pronta despedida.

En la muerte y en la vida

Sed nuestro Patrón piadoso.


Viendo que de celo lleno,

Serías Rayo inflamado,

Y Jesús os dio el señalado

Título de hijo del Trueno:

De nombre tan misterioso

Se vio la verdad cumplida.

En la muerte y en la vida

Sed nuestro Patrón piadoso.


El secreto os confió,

Señal de su amor bien fija,

Cuando a la difunta hija

De Jairo resucitó:

Así premia amoroso

Vuestra lealtad conocida.

En la muerte y en la vida

Sed nuestro Patrón piadoso.


Cuando en el Tabor notoria

Hizo su inmensa grandeza,

Parte quiso su fineza

Daros en aquella gloria:

Para todo lance honroso

Su dignación os convida.

En la muerte y en la vida

Sed nuestro Patrón piadoso.


De su agonía en el Huerto,

Por testigo os ha escogido,

Siendo, estando Vos dormido,

Su amor con Vos más despierto:

No hay sudor, ni afán penoso,

Que de estimaros le impida.

En la muerte y en la vida

Sed nuestro Patrón piadoso.

 

Digno vuestro valor fue

De que os fiase la hazaña

De conquistar toda España,

Para el reino de la Fe:

Dejasteis, Rayo fogoso,

La gentilidad rendida.

En la muerte y en la vida

Sed nuestro Patrón piadoso.


Por premiar vuestros desvelos

Desde Jerusalén fina

Vino a España peregrina

La Emperatriz de los Cielos:

Templo le hicisteis famoso,

Que acredita su venida.

En la muerte y en la vida

Sed nuestro Patrón piadoso.


Después de tanta proeza,

De los Apóstoles fuisteis

El primero que ofrecisteis

Por la Fe vuestra cabeza:

Lleváis en esto dichoso

Primacía distinguida.

En la muerte y en la vida

Sed nuestro Patrón piadoso.


Vivo siempre en la caricia

Con que la queréis honrar,

Muerto ya, le volvió a dar

Vuestro cuerpo alma a Galicia:

No hay con honor tan glorioso,

Nación más engrandecida.

En la muerte y en la vida

Sed nuestro Patrón piadoso.


Santiago, Apóstol glorioso

De la España esclarecida

En la muerte y en la vida

Sed nuestro Patrón piadoso.


Antífona: Oh Bienaventurado Apóstol, que escogido entre los primeros fuiste el primero de los Apóstoles que mereciste beber el Cáliz del Señor. Oh glorioso reino de España, fortalecido con tal Patrón, y enriquecido con la prenda de su Santo Cuerpo, por cuya intercesión te hizo tan grandes favores el Todopoderoso.

. Ruega por nosotros, Bienaventurado Santiago.

. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

ORACIÓN FINAL

Señor, santificad y proteged a vuestro pueblo, a fin de que ayudado por la asistencia de vuestro Apóstol Santiago, os sea agradable por su conducta y os sirva en perfecta tranquilidad de espíritu. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

. Nuestra Señora del Pilar.

. Ruega por nosotros.

. María, Reina de los apóstoles.

. Ruega por nosotros.

. Santiago Apóstol.

. Ruega por nosotros.


En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

lunes, 4 de julio de 2022

NOVENA A SANTA ISABEL DE ARAGÓN

 

 

NOVENA A SANTA ISABEL DE ARAGÓN,

 REINA DE PORTUGAL Y TERCIARIA

 FRANCISCANA

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

   

. Dios mío, ven en mi auxilio.

. Señor, date prisa en socorrerme.

. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

. Como era en un principio, ahora y siempre, y en todos los siglos de los siglos. Amén.

 

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrézcoos, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonaréis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio hasta la muerte. Amén.


ORACIÓN PARA TODOS

 LOS DÍAS DE LA NOVENA

Altísimo y Soberano Señor Nuestro que quisiste darnos ejemplo de santidad mostrándonos a nosotros vuestros siervos, que no solamente en los claustros y desiertos santificas a tantas almas, sino también en los tronos de los reyes, haznos comprender que en todos los estados de la vida puede estar tu espíritu de concordia y de paz.

Tú, que en la Reina Santa Isabel le disteis a las esposas cristianas un modelo de humildad, penitencia y perdón, virtudes tan difíciles de encontrar en medio de las grandezas humanas, haz que en los hogares no falte la dulzura y dedicación materna, para salud y bienestar físico y espiritual de los hijos, y que sean estos educados en la fe, a imitación de la Sagrada Familia.

Te pedimos, Señor, por intercesión de esta Santa Reina, que tan grande fue en el mundo y que no menor lo es en el cielo, las gracias que tanto precisamos (se nombran los favores a pedir) en modo particular la paz en nuestros corazones y en nuestros hogares.

¡Oh, Dios! que eres tan admirable en vuestros santos, compadécete de nuestras miserias y concédenos por intercesión de las oraciones de tu sierva Santa Isabel, se aparte de nosotros la tibieza, y fortalecidos con tu gracia, recibamos nuevo ánimo en la devoción. Que se transformen nuestras malas costumbres, y preparemos de este modo los caminos que nos conduzcan a la eterna felicidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Rezar un Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

DÍA PRIMERO – 29 DE JUNIO

MEDITACIÓN: Promesa de Dios. 

Nacida en Aragón, España, en 1271, Santa Isabel es la hija del rey Pedro III de ese reino y nieta del rey Jaime el Conquistador, biznieta del emperador Federico II de Alemania. Le pusieron por nombre Isabel, que significa “Promesa de Dios”, en honor a su tía abuela, Santa Isabel de Hungría.

Su formación fue formidable y ya desde muy pequeña tenía una notable piedad. Le enseñaron que, para ser verdaderamente buena debía unir a su oración la mortificación de sus gustos y caprichos. Conocía desde pequeña la frase: «Tanta mayor libertad de espíritu tendrás cuando menos deseos de cosas inútiles o dañosas tengas». Se esmeró por ordenar su vida en el amor a Dios y al prójimo, disciplinando sus hábitos de vida. No comía nada entre horas.   

La Letanía se rezará todos los días.

 

DÍA SEGUNDO – 30 DE JUNIO

Por la Señal…

Acto de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.

MEDITACIÓN: Reina de Portugal 

El 11 febrero de 1282 contrajo matrimonio por poderes en la capilla de Santa María, luego llamada de Santa Águeda, del palacio real de Barcelona. En junio de este mismo año llegó a Portugal y en Troncoso, a donde había salido a recibirla, se encontró con su esposo Dionisio, al que conoció por primera vez. 

La nieta de Jaime I el Conquistador, pese a su corta edad, aparecía ante todos como una mujer adornada de energía tenaz y fuerza de alma no comunes. Además, era una mujer dulce y bondadosa, inteligente y bien educada. No obstante estas excepcionales cualidades, bien pronto tuvo que sufrir las infidelidades de su marido, que ella supo disimular con heroico silencio. Nunca quiso enfrentarse con él, sino que con dulzura y amor quería apartarlo de sus ilícitas relaciones. Tan heroica fue su paciencia que hasta llegó a ocuparse con toda solicitud de los hijos bastardos de su esposo educándolos en palacio. Fuerza para llevar con resignación estos agravios la encontró la reina en su trato con Dios. Bajo la dirección de su confesor, el mercedario fray Pedro Serra, cultivó una intensa vida interior y de entrega a la voluntad divina, sin perder la naturalidad de esposa y reina.  

La Letanía se rezará todos los días.

 

DÍA TERCERO – 1 DE JULIO

Por la Señal…

Acto de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.

MEDITACIÓN: Modelo de Penitencia. 

Ser pobre en medio de las riquezas, mortificado en medio de las delicias de la corte, humilde sobre un trono, es una virtud que no pertenece sino a las grandes almas, como Santa Isabel.

Nunca quiso rehuir sus obligaciones, aun aquellas que parecían más mundanas, y siempre, como reina que era, se la halló presente en las solemnidades, banquetes, recepciones y demás fiestas palaciegas. Minuciosa atención prestaba a las audiencias y visitas de sus súbditos, porque, como decía, era responsable de su salvación y bienestar. Pero no por esta actividad su vida espiritual sufría menoscabo alguno. Antes al contrario, supo encontrar a Dios y estar unida a Él en el cotidiano quehacer. Durante toda su vida dedicó largas horas a la oración y a la lectura piadosa. Su espíritu de mortificación fue grande, especialmente en ayunos y abstinencias. Pan y agua eran su único alimento tres cuaresmas durante el año, las vigilias de las fiestas de Nuestra Señora y de los Apóstoles y todos los viernes. Otra gran virtud fue su caridad para con los pobres y enfermos, compensada alguna vez por Dios con prodigios extraordinarios.

La Letanía se rezará todos los días.

 

DÍA CUARTO – 2 DE JULIO

Por la Señal…

Acto de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.

MEDITACIÓN: Esposa y madre cristiana. 

Tras seis años sin tener sucesión le nacieron dos hijos: la princesa Constanza y el príncipe Alfonso, que fue su cruz y causa de sufrimientos. Crecido el futuro Alfonso IV el Bravo en la Corte portuguesa, se reconoció en él el violento carácter heredado de su padre, y a partir de sus malos ejemplos fue creciendo en el hijo un fuerte rechazo que se manifestaría más tarde. Por tres veces se alzó el príncipe en rebeldía. Estas luchas entre sus dos más grandes amores fueron la gran prueba que tuvo que sufrir durante largos años la reina Isabel. «Vivo vida muito amargosa», dice en una carta a su hermano Jaime II de Aragón. A todos los sacrificios estaba dispuesta con tal de lograr la paz de su reino y la reconciliación del padre con el hijo. Para conseguirlo no duda en escribir a su esposo: «No permitáis que se derrame sangre de vuestra generación que estuvo en mis entrañas. Haced que vuestras armas se paren o entonces veréis cómo en seguida me muero. Si no lo hacéis, iré a postrarme delante de vos y del infante, como la leona en el parto si alguien se aproxima a los cachorros recién nacidos. Y los ballesteros han de herir mi cuerpo antes de que os toque a vos o al infante. Por Santa María y por el bendito San Dionisio, os pido que me respondáis pronto para que Dios os guíe». Y a su hijo le dice: «Por Santa María Virgen, te pido que hagas las paces con tu padre. Mira que los guerreros queman casas, destruyen cultivos y destrozan todo. No con las armas, hijo, no con las armas, arreglaremos los problemas, sino dialogando, consiguiendo arbitrajes para arreglar los conflictos. Yo haré que las tropas del rey se alejen y que los reclamos del hijo sean atendidos, pero por favor recuerda que tienes deberes gravísimos con tu padre como hijo, y como súbdito con el rey».

Hasta el mismo campo de batalla llegó en una ocasión, montando una mula, cuando empezaba en el llano de Alvalade, cerca de Lisboa, otra lucha parricida entre el rey y su hijo. Allí consiguió de su esposo el perdón para el hijo inquieto y rebelde.

La Letanía se rezará todos los días.

 

DÍA QUINTO – 3 DE JULIO

Por la Señal…

Acto de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.

MEDITACIÓN: Reina de la paz.

Llevó a cabo una labor pacificadora por su intervención delicada en los asuntos de gobierno, tan difícil en ciertos momentos. Hay que destacar en ella este especial don. Así, merced a su constante y discreta intervención, contribuyó a reconciliar a Portugal con el Papa, reconciliación que se confirmó con la firma de un Concordato y con la fundación de la Universidad de Coímbra. Una alta visión política, a la par que un gran desprendimiento, demostró tener la reina, cuando cedió parte de sus derechos a la dote que le correspondía, en favor de su sobrina la hija de don Alfonso, hermano de don Dionisio, su esposo. Con ella quedó apaciguado el intento de guerra civil que para defender los intereses de su hija se aprestaba a promover don Alfonso. También afianzó la paz entre castellanos y portugueses, mediante la unión matrimonial de sus hijos con los del rey de Castilla. En momentos difíciles para esta paz se entrevistó con la reina castellana María de Molina, siendo eficaz su intervención para los intereses de ambos reinos, amenazados por las discordias promovidas en Castilla por los Infantes de la Cerda, que comprometían no sólo al rey Fernando, su yerno, sino al mismo rey de Portugal, su marido, y al de Aragón, Jaime II, su hermano. Con el mismo efecto pacificador medió entre su hermano don Fadrique, rey de Sicilia, y Roberto de Nápoles, dispuestos a dar solución a sus problemas con las armas.

La Letanía se rezará todos los días.

 

DÍA SEXTO – 4 DE JULIO

Por la Señal…

Acto de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.

MEDITACIÓN: Modelo de viudas.

En 1325 enfermó don Dionisio; lo llevan a Santarém y allí su esposa le cuidó con desvelo y abnegación. Murió el 7 de enero. Inmediatamente después, Isabel se retiró a su cámara, se vistió el hábito de las clarisas, cortó por sí misma los cabellos de su cabeza, y volviendo ante el cadáver de su esposo, dijo a los cortesanos presentes: «Daos cuenta de que a la vez que al Rey perdisteis a la Reina».

Se ha visto cómo Isabel siempre estuvo dispuesta a la ayuda del necesitado y cómo, en medio de sus deberes de reina, supo estar unida a Dios. Al enviudar, y heredar el trono su hijo Alfonso IV, quedó libre para entregarse más por entero a sus devociones y a sus obras de caridad. Hasta el fin de sus días vivió una vida retirada, vistiendo siempre el hábito de la Tercera Orden franciscana, aunque libre de votos religiosos, pues siempre quiso mantener su patrimonio, como ella dice, para construir iglesias, monasterios y hospitales.

Ya de antiguo tenía tomada esta resolución, que tanto su confesor como su hijo conocían. Liberada, pues, de los deberes de la Corte, no vive sino para ayudar al necesitado. Sus riquezas van a parar a los pobres y enfermos en forma de ropa y alimentos. En los hospitales pasaba largas horas consolando a los allí acogidos. Construyó iglesias y monasterios: ella misma dirigió las obras del monasterio de Santa Clara de Coimbra.

La Letanía se rezará todos los días.

 

DÍA SÉPTIMO – 5 DE JULIO

Por la Señal…

Acto de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.

MEDITACIÓN: Peregrina en Compostela.

Por motivos devocionales, para orar por el bien de su alma y de la de su marido, presuntamente en el Purgatorio, doña Isabel tomó la senda peregrina llamada por su piedad y por la fama internacional que desde hacía siglos había alcanzado el santuario jacobeo. Viaja a Santiago en 1325, algunos meses después de la muerte del rey. Inició la peregrinación en junio, con la intención de rezar por el alma de su marido ante el altar de Santiago el día 25 de julio de aquel año y solicitar indulgencias que redundasen en beneficios espirituales a favor del difunto. Don Dionisio no había tenido ocasión de peregrinar a Compostela, pero demostró su devoción por Santiago donando al Cabildo de la catedral 300 maravedíes para conmemoración de su aniversario. Su esposa bien sabía, por ser persona espiritual, que mayor sería el beneficio para el alma del rey si lo que entregaba al apóstol era un sacrificio personal, acompañado de una generosa donación de valor simbólico significativo.

La Letanía se rezará todos los días.

 

DÍA OCTAVO – 6 DE JULIO

Por la Señal…

Acto de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.

MEDITACIÓN: Donaciones a San Santiago en Compostela.

Al llegar a Milladoiro y ver por fin las torres de la catedral compostelana, la reina santa descendió del caballo en el que viajaba y continuó a pie. En Santiago pudo asistir a la solemne celebración del 25 de julio y donó al apóstol su corona de soberana, su regio manto bordado con hilos de oro y plata, tapicerías con las armas de Aragón y Portugal y otros presentes de valor, recibiendo varios regalos del arzobispo Berenguel de Landoria, entre ellos una escarcela adornada con una concha de vieira y un báculo o bordón ornado con vieiras grabadas sobre planchas de plata, y con remate en tau, de piedra y con leones de plata en los extremos, igual al que empuña la imagen de Santiago en el Pórtico de la Gloria. Con estos adminículos se enterró la reina en Santa Clara-a-Velha de Coimbra, pues ambos aparecieron en 1612 en el interior del sepulcro, en el reconocimiento que se hizo del cuerpo de la soberana.

La Letanía se rezará todos los días.

 

DÍA NOVENO – 7 DE JULIO

Por la Señal…

Acto de Contrición, Oración Inicial, Padre nuestro, Ave María y Gloria.

MEDITACIÓN: Muerte de una Santa. 

Una vez más, e iba a ser la última, tuvo que intervenir la anciana reina, esta vez ante su hijo Alfonso y su nieto Alfonso XI de Castilla para evitar la guerra entre ambos. Pese a sus muchos años se puso en camino hacia Estremoz, con el fin de parlamentar con su hijo, y disuadirle de aquella empresa. Aquel viaje agitado y presuroso, en medio de los calores veraniegos, significó su muerte, aunque la causa próxima fue una herida en el brazo, acompañada de fuerte dolor y fiebre. Reconociendo que se acercaba el fin de su vida confesó, oyó misa y «con gran devoción y muchas lágrimas recibió el Cuerpo de Dios». Puede decirse que desde aquel momento no dejó de rezar. Su lengua, cada vez más débil, recitaba salmos y los versos latinos de himnos litúrgicos, como el “María Mater grátiæ, Mater misericórdiæ, Tu nos ab hoste prótege et hora mortis súscipe”. Junto a su lecho, según ella siempre deseó, estaba su hijo por el que tanto había sufrido. Murió el 4 de julio de 1336, en el castillo de Estremoz. Sus restos fueron sepultados en su convento de Santa Clara-a-Velha; pero al resultar éste progresivamente anegado por las aguas del río Mondego hubieron de ser trasladados en el siglo XVII al nuevo convento de Santa Clara-a-Nova. El pueblo cristiano ha rodeado, a través de los siglos, de una gloria inmortal a esta santa medieval. Fue canonizada por Urbano VIII el 25 de mayo de 1625.

La Letanía se rezará todos los días.