Oración 3
Esposo de la Madre de
Dios
El 19 de marzo, la
Iglesia celebra la Solemnidad de San José, pero lo hacemos por la referencia a
que él es “el esposo de la Santísima Virgen María”. De hecho, la vida entera de
San José se define en relación a los demás. Él es el padre terrenal de Jesús,
el esposo de María.
La festividad celebra
su fidelidad y valentía para cumplir con cada una de sus obligaciones. Mientras
algunos gritan su propia virtud a los cuatro vientos en los medios sociales,
San José es más que el eslogan Just Do It de Nike, él simplemente lo hace.
Él es la gran contraparte de las obsesiones modernas sobre la autonomía. San José es el hombre silencioso que actúa, y sus acciones están orientadas a la voluntad de Dios. Cualquiera que haya sido la visión que él tenía de su propia vida, esta se alteró de forma radical la noche en la que el ángel se le apareció en un sueño:
José, descendiente de David, no
tengas reparo en convivir con María, tu esposa, pues el hijo que ha concebido
es por la acción del Espíritu Santo. Y cuando dé a luz a su hijo, tú le pondrás
por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mateo 1:20-21)
Después de esta visión se nos ha dicho que cuando José se
levantó hizo lo que el ángel le pidió (Mateo 1:20-22, 24). José, que llegó a
considerar la vida sin María, ahora ve que ser el esposo de María y criar a un
niño que no es suyo biológicamente, es su futuro. Jesús es el Hijo de Dios y la
segunda persona de la Trinidad. María es la Madre de Dios y la Madre de la
Iglesia, y a José se le recuerda con relación a ellos. La grandeza de José
radica en su disposición para permitir que María y Jesús fueran lo que tenían
que ser. Al igual que Juan el Bautista, él se hace pequeño para que ellos
puedan hacerse grandes.
San José, ora para que pueda imitar
tu generosidad y dejar a un lado mis propias ambiciones por la voluntad de
Dios… para que tú te hagas grande y yo pequeño.
Rezar el rosario y la Letanía de San José (Clic Aquí)
Reto diario:
Examina qué tan dispuesto estás para dejar a un lado tus
propios planes y ambiciones y así, como San José, busques de manera silenciosa
atender primero las necesidades de los demás.
Glorioso San José, protector, modelo y guía de las familias
cristianas: Te ruego protejas a la mía. Haz reinar en ella el espíritu de fe y de
religión, la fidelidad a los mandamientos de Dios y de la Iglesia, la paz y la
unión de los hijos, el desprendimiento de los bienes temporales y el amor a los
asuntos del cielo. Dígnate velar sobre todos nuestros intereses. Ruega al Señor
que bendiga nuestra casa. Otorga la paz a la familia, acierto a los hijos en la
elección de estado. Concede a todos los miembros de nuestra familia y de todas
las familias de la tierra, la gracia de vivir y morir en el amor de Jesús y de
María. Amén.
Te suplicamos San José:
1. De los males que nos amenazan, libra nuestras familias.
2. De las discordias y roces, libra nuestras familias.
3. De las enfermedades y aflicciones, libra nuestras
familias.
4. De la tristeza y desesperanzas, libra nuestras familias.
5. Del espíritu mundano, libra nuestras familias.
6. De los peligros de los falsos valores de hoy, libra
nuestras familias.
7. De la ausencia y el abandono de los padres, libra nuestras
familias.
8. De la inmoralidad matrimonial, libra nuestras familias.
9. De las modas y costumbres escandalosas, libra nuestras
familias.
10. De la indiferencia y rebeldía religiosa, libra nuestras
familias.
11. De la liviandad y la deshonestidad, libra nuestras
familias.
12. De las amistades malas y peligrosas, libra nuestras
familias.
13. De la falta de amor, libra nuestras familias.
14. De las incomprensiones y falta de diálogo, libra nuestras
familias.
15. De la desunión y separaciones, libra nuestras familias.
16. De los abortos y descuidos de la vida, libra nuestras
familias.
17. De la falta de fe, libra nuestras familias.
18. De las dificultades financieras, libra nuestras familias.
19. De la falta de pan y de casa, libra nuestras familias.
20. De las enfermedades y desgracias, libra nuestras
familias.
21. De la muerte eterna, libra nuestras familias.
V. San José, ruega por nosotros!
R. Para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
OREMOS:
Dios de bondad y misericordia, por intercesión de San José,
salva nuestras familias, haz que vivan unidas y firmes en el amor. Así como las
uniste en vida por la sangre, tu bondad las reúna por la caridad en el Reino
eterno. Amén.
Para terminar:
Oremos por el Santo Padre: para que nos
conduzca al triunfo del Inmaculado Corazón de María y del Sagrado Corazón de
Jesús:
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
†
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Gracias por todas estas oraciones.
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