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SANTORAL LITÚRGICO

El Niño Dios a nacido en Belén

HIMNO A SAN JOSÉ

HIMNO A SAN JOSÉ

Hoy a tus pies, ponemos nuestra vida; Hoy a tus pies, ¡Glorioso San José! Escucha nuestra oración, Y por tu intercesión, Obtendremos, la paz del corazón; En Nazaret, junto a la Virgen Santa, En Nazaret ¡Glorioso San José! Cuidaste al niño Jesús, Pues por tu gran virtud, Fuiste digno custodio de la luz. Con sencillez humilde carpintero; Con sencillez ¡Glorioso San José! Hiciste bien tu labor, obrero del Señor, Ofreciendo, trabajo y oración. Tuviste fe, en Dios y su promesa; Tuviste fe, ¡Glorioso San José! Maestro de oración, alcanzarnos el don, De escuchar, y seguir la voz de Dios:

martes, 5 de febrero de 2019

CORONA A SAN JOSÉ DE LOS AMANTES DEL SAGRADO CORAZÓN



CORONA A SAN JOSÉ

Modelo y patrono de los amantes del Sagrado Corazón de Jesús

La Corona consta de 8 misterios con 7 cuantas pequeñas cada uno, al final de cada 7 se reemplaza el Gloria por una jaculatoria.

Primer Misterio
El anuncio del Ángel de que lo concebido en María es obra del Espíritu Santo.

   Cuentas pequeñas (7):
V. San José, custodio y protector de los corazones unidos y traspasados de Jesús y María. 
R. Inflamad mi corazón para que en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo Corazón.

    En vez de Gloria:
V. Jesús, José y María, 
R. os doy el corazón y el alma mía..


Segundo Misterio
 La búsqueda de posada en Belén.

   Cuentas pequeñas (7):
V. San José, custodio y protector de los corazones unidos y traspasados de Jesús y María. 
R. Inflamad mi corazón para que en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo Corazón.

    En vez de Gloria:
V. Jesús, José y María, 
R. os doy el corazón y el alma mía.


Tercer Misterio
 El nacimiento del Niño Jesús en Belén.

   Cuentas pequeñas (7):
V. San José, custodio y protector de los corazones unidos y traspasados de Jesús y María. 
R. Inflamad mi corazón para que en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo Corazón.

    En vez de Gloria:
V. Jesús, José y María, 
R. os doy el corazón y el alma mía.



Cuarto Misterio
 La presentación del Niño Jesús en el templo ofreciendo un par de tórtolas o dos palomas.

   Cuentas pequeñas (7):
V. San José, custodio y protector de los corazones unidos y traspasados de Jesús y María. 
R. Inflamad mi corazón para que en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo Corazón.

    En vez de Gloria:
V. Jesús, José y María, 
R. os doy el corazón y el alma mía.


Quinto Misterio
 La huída a Egipto con Jesús y con María.

   Cuentas pequeñas (7):
V. San José, custodio y protector de los corazones unidos y traspasados de Jesús y María. 
R. Inflamad mi corazón para que en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo Corazón.

    En vez de Gloria:
V. Jesús, José y María, 
R. os doy el corazón y el alma mía.


Sexto Misterio
 El regreso de la Sagrada familia a Nazareth.

   Cuentas pequeñas (7):
V. San José, custodio y protector de los corazones unidos y traspasados de Jesús y María. 
R. Inflamad mi corazón para que en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo Corazón.

    En vez de Gloria:
V. Jesús, José y María, 
R. os doy el corazón y el alma mía.


Séptimo Misterio
 La pérdida y hallazgo del Niño Jesús en el templo.

    Cuentas pequeñas (7):
V. San José, custodio y protector de los corazones unidos y traspasados de Jesús y María. 
R. Inflamad mi corazón para que en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo Corazón.

    En vez de Gloria:
V. Jesús, José y María, 
R. os doy el corazón y el alma mía.


Octavo Misterio
 La gloriosa muerte de San José en brazos de Jesús y María.

Cuentas pequeñas (7):
San José, custodio y protector de los corazones unidos y traspasados de Jesús y María. Inflamad mi corazón para que en él solo reine, mi Dios, Jesús, como reino en vuestro Santo Corazón.

En vez de Gloria:
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.


Al final del Rosario, repetir 3 veces:
V.  San José, modelo y Patrono de los amantes del Sagrado Corazón de Jesús. 
R. Ruega por nosotros.


 ORACIÓN A SAN JOSÉ
¡Oh!, San José: cuya protección es tan grande, tan poderosa y eficaz ante el Trono de Dios, en vuestras manos entrego todos mis intereses y mis deseos.

¡Oh!, San José: asistidme con vuestra poderosa intercesión, conseguidme de vuestro Divino Hijo Nuestro Señor todas las bendiciones particulares que necesito a fin de que habiendo conseguido aquí e la tierra la ayuda de vuestro poder celestial pueda ofrecer mi gratitud y homenaje al padre más amoroso. Amén.


CORONILLA A SAN JOSÉ CONTRA EL MAL



Coronilla a San José contra el mal


Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Se hace en un rosario normal de cinco decenas

ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrézcoos, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonaréis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio hasta la muerte. Amén.
  

Hacer la petición personal (......)

Acordaos de San José.

Acuérdate oh piadosísimo Patriarca San José, que jamás se ha oído decir que algunos de los que han acudido a ti implorando tu protección y auxilio, jamás han sido abandonados por ti, y animado con esta confianza, acudo a ti y me atrevo así, implorarte a pesar de mis pecados oh esposo castísimo de María y padre adoptivo de Nuestro Señor Jesucristo, no desatiendas mis súplicas,  antes bien acógelas benignamente. Amén.

En cada decena (10) se dice: 

V. San José terror de los demonios
R. ven en mi auxilio.


Una vez terminadas las cinco decenas se dicen 3 veces el Ave San José.

Ave San José.
V. Dios te salve San José, lleno eres de gracia, El Señor es contigo, bendito eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, fruto del vientre de tu purísima esposa la siempre Virgen María,
R. San José custodio de Jesús y de María, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén (3 veces)


Y luego:

- San José ruega por nosotros.
- San José ruega por nosotros.
- San José ruega por nosotros.
Amén. Amén. Amén.






ROSARIO A SAN JOSÉ CON JESÚS Y MARÍA DE 10 SALVE JOSÉ

 

 

Rosario en Honor a San José con Jesús y María

 

Rosario a San José con Jesús y María de 10 salve José
(Usar un Rosario normal)

Credo

Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos subió a los cielos, está sentado a la derecha de Dios, Padre todo poderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

 

Primer Misterio

María Santísima suplica al Altísimo que santifique a San José aumentando sus dones de Gracia, para que Él sintonice con sus castísimos pensamientos y deseos.

 

Ave María

V. Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús

R. Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

 

Ave San José

V. Dios te Salve San José, Elegido de la Gracia, El Señor es Contigo, Bendito Sois Vos entre los hombres, y Bendito es Vuestro Amantísimo Corazón, amparo y corredentor con Jesús y María.

R. San José, Padre del Hijo de DIOS y Nuestro Padre, auxílianos a nosotros pecadores ahora y en nuestra última hora.  Amén. (Repetir 10 veces)

 

Gloria

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén 

 

Segundo Misterio

  San José alcanzó un grado admirable de caridad por Dios y por María Santísima que excedió a todas las criaturas que existieron y existirán; convirtiéndose así, en el hombre que más amó al Señor y Su Madre, y también el más amado por Ellos.

1 Ave María, 10 Ave San José, 1 Gloria.


Ave María

V. Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús

R. Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Ave San José

V. Dios te Salve San José, Elegido de la Gracia, El Señor es Contigo, Bendito Sois Vos entre los hombres, y Bendito es Vuestro Amantísimo Corazón, amparo y corredentor con Jesús y María.

R. San José, Padre del Hijo de DIOS y Nuestro Padre, auxílianos a nosotros pecadores ahora y en nuestra última hora. Amén. (Repetir 10 veces)


Gloria

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

 

Tercer Misterio

  Por su amor ardiente por Jesús y María, San José mereció poseerlos como ningún otro ser lo consiguió, volviéndose digno de que todas las generaciones y pueblos lo conozcan y bendigan; pues con ningún otro hizo tales cosas el Señor, ni manifestó tanto su amor.

1 Ave María, 10 Ave San José, 1 Gloria.


Ave María

V. Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús

R. Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Ave San José

V. Dios te Salve San José, Elegido de la Gracia, El Señor es Contigo, Bendito Sois Vos entre los hombres, y Bendito es Vuestro Amantísimo Corazón, amparo y corredentor con Jesús y María.

R. San José, Padre del Hijo de DIOS y Nuestro Padre, auxílianos a nosotros pecadores ahora y en nuestra última hora. Amén. (Repetir 10 veces)


Gloria

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

 

Cuarto Misterio

San José fue favorecido toda su vida, con visiones y revelaciones divinas sobre los Misterios de Cristo Nuestro Señor y de Su Madre Santísima, viviendo en Santa compañía de ambos como verdadero esposo de la Reina y padre del mismo Señor.

1 Ave María, 10 Ave San José, 1 Gloria.


Ave María

V. Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús

R. Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Ave San José

V. Dios te Salve San José, Elegido de la Gracia, El Señor es Contigo, Bendito Sois Vos entre los hombres, y Bendito es Vuestro Amantísimo Corazón, amparo y corredentor con Jesús y María.

R. San José, Padre del Hijo de DIOS y Nuestro Padre, auxílianos a nosotros pecadores ahora y en nuestra última hora. Amén. (Repetir 10 veces)


Gloria

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

 

Quinto Misterio

El Altísimo dispone que María Santísima, deba tomar estado de matrimonio, lo que causó perplejidad en la Virgen Sacrosanta, que deseaba servir al Dios en castidad perpetua; pero siendo la Maestra de las virtudes, hace acto de obediencia al Señor, creyendo y esperando en Él, con amor.

1 Ave María, 10 Ave San José, 1 Gloria.


Ave María

V. Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús

R. Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Ave San José

V. Dios te Salve San José, Elegido de la Gracia, El Señor es Contigo, Bendito Sois Vos entre los hombres, y Bendito es Vuestro Amantísimo Corazón, amparo y corredentor con Jesús y María.

R. San José, Padre del Hijo de DIOS y Nuestro Padre, auxílianos a nosotros pecadores ahora y en nuestra última hora. Amén. (Repetir 10 veces)


Gloria

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

R. Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén


LETANÍAS DE SAN JOSÉ
-Señor, ten piedad de nosotros.     Se repite
-Cristo, ten piedad de nosotros.
-Señor, ten piedad de nosotros.
-Cristo, óyenos.
-Cristo, escúchanos.

-Dios, Padre celestial 
  R. Ten piedad de nosotros.
-Dios Hijo, Redentor del mundo
-Dios Espíritu Santo
-Santa Trinidad, un solo Dios
-Santa María, 
R. Ruega por nosotros.

-San José, 
R. Ruega por nosotros.
-Ilustre descendiente de David
-Luz de los patriarcas
-Esposo de la Madre de Dios
-Custodio purísimo de la Virgen, 
-Nutricio del Hijo de Dios
-Diligente defensor de Cristo
-Jefe de la Sagrada Familia

-José justo

-José casto
-José prudente
-José fuerte
-José obediente
-José fiel
-Espejo de paciencia
-Amante de la pobreza

-Modelo de obreros

-Gloria de la vida doméstica
-Custodio de vírgenes
-Sostén de las familias
-Consuelo de los desdichados
-Esperanza de los enfermos
-Patrono de los moribundos
-Terror de los demonios

-Protector de la santa Iglesia, 

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo
Perdónanos, Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo
Escúchanos, Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo
Ten piedad de nosotros.
V. Lo nombró administrador de su casa. 
R. Y señor de todas sus posesiones.

ORACIÓN

¡Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo de tu Santísima Madre!; te rogamos nos concedas tenerlo como intercesor en el cielo, ya que lo veneramos como protector en la tierra. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Para terminar: 

Oremos por el Santo Padre para que nos conduzca al triunfo del Inmaculado Corazón de María y del Sagrado Corazón de Jesús:

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.


En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.



sábado, 2 de febrero de 2019

LOS SIETE DOMINGOS Y GOZOS A SAN JOSÉ



LOS SIETE DOMINGOS Y GOZOS A SAN JOSÉ

Rezar despacio, meditando estos dolores y gozos:

PRIMER DOMINGO: Confianza en el Señor.

Primer dolor: Estando desposada su madre María con José, antes de vivir juntos se halló que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo (Mt 1,18).

Primer gozo: El ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús (Mt 1, 20-21).

Oh castísimo esposo de María, glorioso San José, ¡qué aflicción y angustia la de vuestro corazón en la perplejidad en que estabais sin saber si debíais abandonar o no a vuestra esposa sin mancilla! Pero ¡cuál no fue también vuestra alegría cuando el ángel os reveló el gran misterio de la Encarnación!

Por este dolor y este gozo os pedimos consoléis nuestro corazón ahora y en nuestros últimos dolores, con la alegría de una vida justa y de una santa muerte semejante a la vuestra, asistidos de Jesús y de María.

Padrenuestro, Ave y Gloria.


SEGUNDO DOMINGO: Amor a la humanidad de Cristo.

Segundo dolor: Vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron (Jn 1,11).

Segundo gozo: Fueron deprisa y encontraron a María, a José y al niño reclinado en el pesebre (Lc 2,16).

Oh bienaventurado patriarca, glorioso San José, escogido para ser padre adoptivo del Hijo de Dios hecho hombre: el dolor que sentisteis viendo nacer al niño Jesús en tan gran pobreza se cambió de pronto en alegría celestial al oír el armonioso concierto de los ángeles y al contemplar las maravillas de aquella noche tan resplandeciente.

Por este dolor y gozo alcanzadnos que después del camino de esta vida vayamos a escuchar las alabanzas de los ángeles y a gozar de los resplandores de la gloria celestial.

Padrenuestro, Ave y Gloria


TERCER DOMINGO: Invocar el nombre de Jesús.

Tercer dolor: Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarlo, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de que fuera concebido en el seno materno (Lc 2,21).

Tercer gozo: Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mt 1, 21).


Oh ejecutor obedientísimo de las leyes divinas, glorioso San José: la sangre preciosísima que el Redentor Niño derramó en su circuncisión os traspasó el corazón; pero el nombre de Jesús que entonces se le impuso, os confortó y llenó de alegría.

Por este dolor y este gozo alcanzadnos el vivir alejados de todo pecado, a fin de expirar gozosos, con el santísimo nombre de Jesús en el corazón y en los labios.

Padrenuestro, Ave y Gloria.


CUARTO DOMINGO: Rezar para redimir al mundo.

Cuarto dolor: Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre: Mira, éste ha sido puesto como signo de contradicción para que se descubran los pensamientos de muchos corazones (Lc 2, 34-35).

Cuarto gozo: Porque han visto mis ojos tu salvación, la que preparaste ante todos los pueblos; luz para iluminar a las naciones (Lc 2, 30-31).


Oh Santo fidelísimo, que tuvisteis parte en los misterios de nuestra redención, glorioso San José; aunque la profecía de Simeón acerca de los sufrimientos que debían pasar Jesús y María os causó dolor mortal, sin embargo os llenó también de alegría, anunciándoos al mismo tiempo la salvación y resurrección gloriosa que de ahí se seguiría para un gran número de almas.

Por este dolor y por este gozo conseguidnos ser del número de los que, por los méritos de Jesús y la intercesión de la bienaventurada Virgen María, han de resucitar gloriosamente.

Padrenuestro, Ave y Gloria.


QUINTO DOMINGO: Aceptar la voluntad de Dios.

Quinto dolor: El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo (Mt 2,13).

Quinto gozo: Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dice el Señor por el profeta: "De Egipto llamé a mi hijo" (Mt 2,15).


Oh custodio vigilante, familiar íntimo del Hijo de Dios hecho hombre, glorioso San José, ¡cuánto sufristeis teniendo que alimentar y servir al Hijo del Altísimo, particularmente en vuestra huida a Egipto!, pero cuán grande fue también vuestra alegría teniendo siempre con Vos al mismo Dios y viendo derribados los ídolos de Egipto.

Por este dolor y este gozo, alcanzadnos alejar para siempre de nosotros al tirano infernal, sobre todo huyendo de las ocasiones peligrosas, y derribar de nuestro corazón todo ídolo de afecto terreno, para que, ocupados en servir a Jesús y María, vivamos tan sólo para ellos y muramos gozosos en su amor.

Padrenuestro, Ave y Gloria.


SEXTO DOMINGO: Santificarse en el trabajo ordinario.

Sexto dolor: Él se levantó, tomó al niño y a su madre y regresó a la tierra de Israel. Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá (Mt 2, 21-22).

Sexto gozo: Y fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo dicho por los profetas: será llamado Nazareno (Mt 2,23).


Oh ángel de la tierra, glorioso San José, que pudisteis  admirar al Rey de los cielos, sometido a vuestros más mínimos mandatos; aunque la alegría al traerle de Egipto se turbó por temor a Arquelao, sin embargo, tranquilizado luego por el ángel, vivisteis dichoso en Nazaret con Jesús y María.

Por este dolor y este gozo, alcanzadnos la gracia de desterrar de nuestro corazón todo temor nocivo, poseer la paz de conciencia, vivir seguros con Jesús y María y morir también asistidos por ellos.

Padrenuestro, Ave y Gloria.


SÉPTIMO DOMINGO: Buscar a Jesús en la confesión.

Séptimo dolor: Lo estuvieron buscando entre los parientes y conocidos, y al no hallarlo, volvieron a Jerusalén en su busca (Lc 2, 44-45).

Séptimo gozo: Al cabo de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas (Lc 2,46).


Oh modelo de toda santidad, glorioso San José, que habiendo perdido sin culpa vuestra al Niño Jesús, le buscasteis durante tres días con profundo dolor, hasta que, lleno de gozo, le hallasteis en el templo, en medio de los doctores.

Por este dolor y este gozo, os suplicamos con palabras salidas del corazón, intercedáis en nuestro favor para que jamás nos suceda perder a Jesús por algún pecado grave. Mas, si por desgracia le perdiéramos, haced que le busquemos con tal dolor que no hallemos sosiego hasta encontrarle benigno sobre todo en nuestra muerte, a fin de ir a gozarle en el cielo y cantar eternamente con Vos sus divinas misericordias.

Padrenuestro, Ave y Gloria.


GOZOS DEL GLORIOSO PATRIARCA
 Y ESPOSO DE MARÍA SAN JOSÉ

1. Pues sois santo sin igual
y de Dios el más honrado:
Sed, José, nuestro abogado
en esta vida mortal.

2. Antes que hubieseis nacido, ya fuisteis santificado,
y al eterno destinado
para ser favorecido:
nacisteis de esclarecido
linaje y sangre real.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

3. Vuestra vida fue tan pura
que en todo sois sin segundo:
después de María, el mundo
no vio más santa criatura;
y así fue vuestra ventura
entre todos sin igual.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

4. Vuestra santidad declara
aquel caso soberano,
cuando en vuestra santa mano
floreció la seca vara;
y porque nadie dudara,
hizo el cielo esta señal.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

5. A vista de este portento,
todo el mundo os respetaba,
y parabienes os daba
con alegría y contento;
publicando el casamiento
con la Reina celestial.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

6. Con júbilo recibisteis
a María por esposa,
Virgen pura, santa, hermosa,
con la cual feliz vivisteis,
y por ella conseguisteis
dones y luz celestial.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

7. Oficio de carpintero
ejercitasteis en vida,
para ganar la comida
a Jesús, Dios verdadero,
y a vuestra Esposa, lucero,
compañera virginal.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

8. Vos y Dios con tierno amor
daba el uno al otro vida,
Vos a El con la comida,
y El a Vos con su sabor:
Vos le disteis el sudor,
y Él os dio vida inmortal.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

9. Vos fuisteis la concha fina,
en donde con entereza
se conservo la pureza
de aquella Perla divina,
vuestra Esposa y Madre digna,
la que nos sacó de mal.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

10. Cuando la visteis en Cinta,
fue grande vuestra tristeza; sin condenar su pureza,
tratabais vuestra jornada;
estorbóla la embajada
de aquel Nuncio celestial.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

11. No tengáis ¡oh José! espanto,
el Paraninfo decía:
lo que ha nacido en María,
es del Espíritu Santo:
vuestro consuelo fue tanto,
cual pedía caso tal.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

12. Vos sois el hombre primero
que visteis a Dios nacido;
en vuestros brazos dormido tuvisteis aquel Lucero,
siendo vos el tesorero
de aquel inmenso caudal.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

13. Por treinta años nos guardasteis
aquel Tesoro infinito
en Judea, y en Egipto
a donde lo retirasteis;
entero nos conservasteis
aquel rico mineral.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

14. Cuidado, cuando perdido,
os causó y gran sentimiento
que se os volvió en contento
del cielo restituido;
de quien siempre obedecido
sois con amor filial.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

15. A vuestra muerte dichosa,
estuvo siempre con Vos
el mismo humanado Dios,
con María vuestra Esposa:
y para ser muy gloriosa,
vino un coro angelical.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

16. Con Cristo resucitasteis
en cuerpo y alma glorioso,
y a los cielos victorioso
vuestro Rey acompañasteis,
a su derecha os sentasteis
haciendo coro especial.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

17. Allá estáis como abogado
de todos los pecadores,
alcanzando mil favores
al que os llama atribulado:
ninguno desconsolado
salió de este tribunal.
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

18. Los avisos que leemos
de Teresa nuestra madre,
por abogado y por padre
nos exhorta que os tomemos:
el alma y cuerpo sabemos
que libráis de todo mal,
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.

19. Pues sois santo sin igual
y de Dios el más honrado,
Sed, José, nuestro abogado en esta vida mortal.



1. Siguiendo una antigua tradición y como recuerdo de los principales dolores y gozos de la vida de San José, la Iglesia dedica los siete domingos anteriores a su festividad (19 de marzo). También se puede practicar esta devoción en cualquier otra época del año.