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HIMNO A SAN JOSÉ

HIMNO A SAN JOSÉ

Hoy a tus pies, ponemos nuestra vida; Hoy a tus pies, ¡Glorioso San José! Escucha nuestra oración, Y por tu intercesión, Obtendremos, la paz del corazón; En Nazaret, junto a la Virgen Santa, En Nazaret ¡Glorioso San José! Cuidaste al niño Jesús, Pues por tu gran virtud, Fuiste digno custodio de la luz. Con sencillez humilde carpintero; Con sencillez ¡Glorioso San José! Hiciste bien tu labor, obrero del Señor, Ofreciendo, trabajo y oración. Tuviste fe, en Dios y su promesa; Tuviste fe, ¡Glorioso San José! Maestro de oración, alcanzarnos el don, De escuchar, y seguir la voz de Dios:

sábado, 16 de marzo de 2019

A SAN JOSÉ PARA EL MES DE MARZO


   

A SAN JOSÉ PARA EL MES DE MARZO

El mes de marzo está tradicionalmente dedicado a honrar al Glorioso Patriarca San José, padre nutricio de Jesús y castísimo esposo de la Santísima Virgen, por quien le venían al Mesías los regios derechos de la dinastía davídica.

La devoción a San José, sin embargo, debió esperar siglos hasta su gran expansión, como si él quisiera mantenerse discreto, prefiriendo que la atención se centrase en el culto a Jesús y de su Inmaculada Madre.

Como veremos en la excelente exposición retomada de la Enciclopedia Católica, a pesar de que no es extraño a la Iglesia desde los primeros tiempos el culto a San José y que durante la Edad Media experimentó éste un notable desarrollo, fue gracias a Santa Teresa de Jesús, devotísima suya, y al Carmelo por ella reformado como se comenzó a extender prodigiosamente, hasta el punto que los dos pasados siglos pueden a justo título ser llamados “la era josefina”, que culminó con la inserción del nombre del santo patriarca en el Canon de la Misa.

Ofreceremos, pues, a continuación esta oración para que encomiendes este mes a San José.

ORACIÓN A SAN JOSÉ

¡Oh San José, a quien Jesús quiso someterse aquí en la tierra, obedeció con diligencia y honró siempre con especial homenaje y amor!, ¿cómo en el cielo, donde tus méritos se ven recompensados, te negará Él algo?

Ruega por mí, San José, y obtén para mí estas gracias:

ante todo, la de detestar y huir seriamente de todos mis pecados; especialmente, la de enmendar mi vida en esto, esto y esto; que me consagre con empeño y constancia a la práctica de las virtudes, en particular ésta y ésta; y la de ser librado de estas tentaciones (señalar), de las ocasiones de pecar, que pueden conducir mi alma a la condenación eterna, y de esta aflicción y miseria (señalar) si ello no se opone a la divina voluntad y a mi salvación.

En estas cosas como en todas las demás me someto y me encomiendo al divino arbitrio y sus disposiciones y a tu paternal protección, ¡oh San José!

Padrenuestro, Avemaría y Gloria



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