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HIMNO A SAN JOSÉ

HIMNO A SAN JOSÉ

Hoy a tus pies, ponemos nuestra vida; Hoy a tus pies, ¡Glorioso San José! Escucha nuestra oración, Y por tu intercesión, Obtendremos, la paz del corazón; En Nazaret, junto a la Virgen Santa, En Nazaret ¡Glorioso San José! Cuidaste al niño Jesús, Pues por tu gran virtud, Fuiste digno custodio de la luz. Con sencillez humilde carpintero; Con sencillez ¡Glorioso San José! Hiciste bien tu labor, obrero del Señor, Ofreciendo, trabajo y oración. Tuviste fe, en Dios y su promesa; Tuviste fe, ¡Glorioso San José! Maestro de oración, alcanzarnos el don, De escuchar, y seguir la voz de Dios:

miércoles, 16 de diciembre de 2020

ROSARIO A SAN JOSÉ SOBRE SU VIDA EN LA SAGRADA FAMILIA

  

 

ROSARIO A SAN JOSÉ Nº III

 

Cómo rezar el rosario a San José

José es posiblemente el santo más importante de la Iglesia católica y así mismo el rosario a San José es uno de los que mayor devoción tiene entre los feligreses católicos. El rosario o coronilla a San José puede ser rezado para pedir al padre adoptivo de nuestro Señor Jesús por su ayuda al momento de afrontar situaciones difíciles.

Los devotos al santo rosario a san José católico le tienen mucha fe y es que ha demostrado constituir una poderosa oración para todo caso de gran necesidad como una enfermedad, situaciones difíciles y más. Este rosario no solo asegura la ayuda de San José sino también de Cristo y nuestra Santa Madre María.

Para rezar el Santo rosario en honor a San José seguiremos los siguientes pasos:

1.   Señal de la Cruz “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”

2.   Iniciamos la oración a San José


ORACIÓN

¡Oh San José, que con amor trabajaste la madera, para en esta vida, vida pasajera, a tu familia el pan de cada día proveer. Oh San José, ahora en el cielo con Cristo, que extendido en el madero en el que vida eterna al hombre dio, enséñanos a reconocer en el quehacer de cada día el camino hacia Dios.

   Primer Misterio

·        Meditar sobre “lo justo que fue José ante los ojos de Dios”

·         Rezar un Padre Nuestro.

·         Rezar diez Ave María.

·         Rezar un Gloria.

        

  Segundo Misterio

·        Meditar sobre “José, el esposo virginal de María”

 

  Tercer Misterio

·        Meditar sobre “La huida de José con su familia”

 

  Cuarto Misterio

·        Meditar sobre “José como guía y líder de la sagrada familia” 

 

 Quinto Misterio

·        Meditar sobre “La paciencia de José al encontrar a Jesús en el templo”

 

 

LETANÍAS A SAN JOSÉ

 

1.-Señor, ten piedad de nosotros.  Se repite

2.-Cristo, ten piedad de nosotros.

3.-Señor, ten piedad de nosotros.

4.-Cristo, óyenos.

5.-Cristo, escúchanos. 

 

6.-Dios, Padre celestial.  R. Ten piedad de nosotros.

7.-Dios Hijo, Redentor del mundo

8.-Dios Espíritu Santo

9.-Santa Trinidad, un solo Dios  

 10.-Santa María, 

R. Ruega por nosotros.


11.-San José

12.-Ilustre descendiente de David

13.-Luz de los patriarcas

14.-Esposo de la Madre de Dios

15.-Custodio purísimo de la Virgen,

16.-Nutricio del Hijo de Dios

17.-Diligente defensor de Cristo

18.-Jefe de la Sagrada Familia

19.-José justo

20.-José casto


21.-José prudente

22.-José fuerte

23.-José obediente

24.-José fiel

25.-Espejo de paciencia

26.-Amante de la pobreza

27.-Modelo de obreros

28.-Gloria de la vida doméstica

29.-Custodio de vírgenes

30.-Sostén de las familias


31.-Consuelo de los desdichados

32.-Esperanza de los enfermos

33.-Patrono de los moribundos

34.-Terror de los demonios

35.-Protector de la santa Iglesia   

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo     R.  Perdónanos, Señor.

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo    R.   Escúchanos, Señor.

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo    R.  Ten piedad de nosotros.

V. Lo nombró administrador de su casa.

R. Y señor de todas sus posesiones.

 

ORACIÓN

¡Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo de tu Santísima Madre!; te rogamos nos concedas tenerlo como intercesor en el cielo, ya que lo veneramos como protector en la tierra. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

Finalizar con la siguiente oración:

Tú, San José, patrono de las familias, protector de la Iglesia, defensor de la niñez y fiel guardián de las madres, ayúdanos a recibir la gracia y alcanzar así las virtudes gloriosas de tu corazón en la castidad, en la prudencia, en la justicia y en la humildad. Amén.

 

Oremos:

Por la salud y las intenciones del Santo Padre, para que nos conduzca al triunfo del Inmaculado Corazón de María y del Sagrado Corazón de Jesús.

Un Padrenuestro, Avemaría y un Gloria

Por la señal de la Santa Cruz…

Bendícenos San José, con Jesús y María. En el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu Santo.


domingo, 13 de diciembre de 2020

El año de San José 8/12/2020 A 8/12/2021

San José con el niño dormido en sus brazos (museo del Prado)
 

 

El Papa Francisco convoca un "Año de San José"

Del 08 de dic de 2020 al 8 de dic 2021


Con la Carta apostólica Patris corde (Con corazón de padre), el Pontífice recuerda el 150 aniversario de la declaración de san José como Patrono de la Iglesia Universal y, con motivo de esta ocasión, a partir de hoy y hasta el 8 de diciembre de 2021 se celebrará un año dedicado especialmente a él.

Un padre amado, un padre en la ternura, en la obediencia y en la acogida; un padre de valentía creativa, un trabajador, siempre en la sombra: con estas palabras el Papa Francisco describe a san José de una manera tierna y conmovedora. Lo hace en la Carta apostólica Patris corde, publicada hoy con motivo del 150 aniversario de la declaración del Esposo de María como Patrono de la Iglesia Católica. De hecho, fue el Beato Pío IX con el decreto Quemadmodum Deus, firmado el 8 de diciembre de 1870, quien quiso este título para san José. Para celebrar este aniversario, el Pontífice ha convocado, desde hoy y hasta el 8 de diciembre de 2021, un "Año" especial dedicado al padre putativo de Jesús. En el trasfondo de la Carta apostólica, está la pandemia de Covid-19 que -escribe Francisco- nos ha hecho comprender la importancia de la gente común, de aquellos que, lejos del protagonismo, ejercen la paciencia e infunden esperanza cada día, sembrando la corresponsabilidad. Como san José, "el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta". Y sin embargo, el suyo es "un protagonismo sin igual en la historia de la salvación".


Padre amado, tierno y obediente

San José, de hecho, expresó concretamente su paternidad al haber hecho de su vida una oblación de sí mismo en el amor puesto al servicio del Mesías. De ahí su papel como "la pieza que une el Antiguo y el Nuevo Testamento ", "siempre ha sido amado por el pueblo cristiano" (1). En él, "Jesús vio la ternura de Dios", la ternura que nos hace “aceptar nuestra debilidad", porque "es a través y a pesar de nuestra debilidad" que la mayoría de los designios divinos se realizan. "Sólo la ternura nos salvará de la obra" del Acusador, subraya el Pontífice, y es al encontrar la misericordia de Dios, especialmente en el Sacramento de la Reconciliación, que podemos hacer "una experiencia de verdad y de ternura", porque “Dios no nos condena, sino que nos acoge, nos abraza, nos sostiene, nos perdona” (2). José es también un padre en obediencia a Dios: con su "fiat" salva a María y a Jesús y enseña a su Hijo a "hacer la voluntad del Padre". Llamado por Dios a servir a la misión de Jesús, "coopera en el gran misterio de la redención y es verdaderamente un ministro de la salvación" (3).


Padre en la acogida de la voluntad de Dios y del prójimo

Al mismo tiempo, José es "un padre en la acogida", porque "acogió a María sin poner condiciones previas", un gesto importante aún hoy -afirma Francisco- "en este mundo donde la violencia psicológica, verbal y física sobre la mujer es patente". Pero el Esposo de María es también el que, confiando en el Señor, acoge en su vida incluso los acontecimientos que no comprende, dejando de lado sus razonamientos y reconciliándose con su propia historia. La vida espiritual de José no “muestra una vía que explica, sino una vía que acoge”, lo que no significa que sea "un hombre que se resigna pasivamente". Al contrario: su protagonismo es "valiente y fuerte" porque con "la fortaleza del Espíritu Santo", aquella "llena de esperanza", sabe “hacer sitio incluso a esa parte contradictoria, inesperada y decepcionante de la existencia”. En la práctica, a través de san José, es como si Dios nos repitiera: "¡No tengas miedo!", porque "la fe da sentido a cada acontecimiento feliz o triste" y nos hace conscientes de que "Dios puede hacer que las flores broten entre las rocas". Y no sólo eso: José "no buscó atajos", sino que enfrentó "‘con los ojos abiertos’ lo que le acontecía, asumiendo la responsabilidad en primera persona". Por ello, su acogida “nos invita a acoger a los demás, sin exclusiones, tal como son, con preferencia por los débiles” (4).


Padre valiente y creativo, ejemplo de amor a la Iglesia y a los pobres

Patris corde destaca "la valentía creativa" de san José, aquella que surge sobre todo en las dificultades y que da lugar a recursos inesperados en el hombre. "El carpintero de Nazaret -explica el Papa- sabía transformar un problema en una oportunidad, anteponiendo siempre la confianza en la Providencia". Se enfrentaba a "los problemas concretos" de su familia, al igual que todas las demás familias del mundo, especialmente las de los migrantes. En este sentido, san José es "realmente un santo patrono especial" de aquellos que, "forzados por las adversidades y el hambre", tienen que abandonar su patria a causa de "la guerra, el odio, la persecución y la miseria". Custodio de Jesús y María, José "no puede dejar de ser el Custodio de la Iglesia", de su maternidad y del Cuerpo de Cristo: cada necesitado, pobre, sufriente, moribundo, extranjero, prisionero, enfermo, es "el Niño" que José guarda y de él hay que aprender a "amar a la Iglesia y a los pobres" (5).


Padre que enseña el valor, la dignidad y la alegría del trabajo

Honesto carpintero que trabajó "para asegurar el sustento de su familia", José también nos enseña "el valor, la dignidad y la alegría" de "comer el pan que es fruto del propio trabajo". Este significado del padre adoptivo de Jesús le da al Papa la oportunidad de lanzar un llamamiento a favor del trabajo, que se ha convertido en "una urgente cuestión social", incluso en países con un cierto nivel de bienestar. "Es necesario comprender", escribe Francisco, "el significado del trabajo que da dignidad", que "se convierte en participación en la obra misma de la salvación" y "ocasión de realización" para uno mismo y su familia, el "núcleo original de la sociedad". Quien trabaja, colabora con Dios porque se convierte en "un poco creador del mundo que nos rodea". De ahí la exhortación del Papa a todos a "redescubrir el valor, la importancia y la necesidad del trabajo para dar lugar a una nueva ‘normalidad’ en la que nadie quede excluido". Mirando en particular el empeoramiento del desempleo debido a la pandemia de Covid-19, el Papa llama a todos a "revisar nuestras prioridades" para comprometerse a decir: “¡Ningún joven, ninguna persona, ninguna familia sin trabajo!” (6).


Padre en la sombra, descentrado por amor a María y Jesús

Siguiendo el ejemplo de la obra "La sombra del Padre" del escritor polaco Jan Dobraczynski, el Pontífice describe la paternidad de José respecto de Jesús como "la sombra del Padre celestial en la tierra". "Nadie nace padre, sino que se hace", afirma Francisco, porque se hace "cargo de él”, responsabilizándose de su vida. Desgraciadamente, en la sociedad actual "los niños a menudo parecen no tener padre", padres capaces de "introducir al niño en la experiencia de la vida", sin retenerlo ni "poseerlo", pero haciéndolo "capaz de elegir, de ser libre, de salir". En este sentido, José tiene el apelativo de "castísimo", que es "lo contrario a poseer": él, de hecho, "fue capaz de amar de una manera extraordinariamente libre", "sabía cómo descentrarse" para poner en el centro de su vida no a sí mismo, sino a Jesús y María. Su felicidad está "en el don de sí mismo": nunca frustrado y siempre confiado, José permanece en silencio, sin quejarse, pero haciendo "gestos concretos de confianza". Su figura es, por lo tanto, ejemplar, señala el Papa, en un mundo que "necesita padres y rechaza a los amos", que refuta a aquellos que confunden "autoridad con autoritarismo, servicio con servilismo, confrontación con opresión, caridad con asistencialismo, fuerza con destrucción". El verdadero padre es aquel que "rehúsa la tentación de vivir la vida de los hijos" y respeta su libertad, porque la paternidad vivida en plenitud hace "inútil" al propio padre, "cuando ve que el hijo ha logrado ser autónomo y camina solo por los senderos de la vida". Ser padre "nunca es un ejercicio de posesión", subraya Francisco, sino "un ‘signo’ que nos evoca una paternidad superior", al "Padre celestial" (7).


La oración diaria del Papa a san José y ese "cierto reto"

Concluida con una oración a san José, Patris corde revela también, en la nota número 10, un hábito de la vida de Francisco: cada día, de hecho, "durante más de cuarenta años", el Pontífice recita una oración al Esposo de María "tomada de un libro de devociones francés del siglo XIX, de la Congregación de las Religiosas de Jesús y María". Es una oración que "expresa devoción y confianza" a san José, pero también "un cierto reto", explica el Papa, porque concluye con las palabras: “Que no se diga que te haya invocado en vano, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder”.


Indulgencia plenaria para el "Año de San José"

Junto a la publicación de la Carta apostólica Patris corde, se ha publicado el Decreto de la Penitenciaría Apostólica que anuncia el "Año de San José" especial convocado por el Papa y la relativa concesión del "don de indulgencias especiales". Se dan indicaciones específicas para los días tradicionalmente dedicados a la memoria del Esposo de María, como el 19 de marzo y el 1 de mayo, y para los enfermos y ancianos "en el contexto actual de la emergencia sanitaria".

Fuente: Vatican News


Para obtener la indulgencia plenaria, se precisa en el Decreto, se deberán cumplir las condiciones prescritas por la Iglesia para tal efecto: confesión sacramental, comunión eucarística y rezar por las intenciones del Santo Padre.


Las modalidades en las cuales se concederá la indulgencia plenaria en el Año de San José que comienza hoy son las siguientes:


“Se concede la indulgencia plenaria a cuantos mediten al menos durante 30 minutos la oración del Padre Nuestro, o participen en un Retiro Espiritual de al menos una jornada donde se realice una meditación sobre San José”.

 

“Aquellos que sobre el ejemplo de San José realicen una obra de misericordia corporal o espiritual podrán igualmente conseguir el don de la indulgencia plenaria”.


“Para que todas las familias cristianas se sientan estimuladas a recrear el mismo clima de íntima comunión, de amor y de oración que se vivía en la Sagrada Familia, se concede la indulgencia plenaria por el rezo del Santo Rosario en las familias y entre los novios”.


“Podrá conseguir la indulgencia plenaria aquel que confíe cotidianamente sus actividades a la protección de San José y cada fiel que invoque con la oración la intercesión del Artesano de Nazaret para que, quien se encuentre a la búsqueda de empleo, pueda encontrar ocupación y que el trabajo de todos sea digno”.


“Se concede la indulgencia plenaria a los fieles que reciten las Letanías a San José (para la tradición latina), o el Akathistos a San José, entero o al menos una parte (para las tradiciones bizantinas), u otra oración a San José propia de otras tradiciones litúrgicas por la Iglesia perseguida ad intra y ad extra y para el alivio de todos los cristianos que padecen alguna forma de persecución”.


Asimismo, “para reafirmar la universalidad del patrocinio de San José sobre la Iglesia, además de dichos motivos, la Penitenciaría Apostólica concede la indulgencia plenaria a los fieles que reciten cualquier oración legítimamente aprobada o acto de piedad en honor de San José”.


“Por ejemplo, ‘A ti, oh, San José’, especialmente desde el 19 de marzo hasta el 1 de mayo, en la Fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, en el Domingo de San José (según la tradición bizantina), el 19 de cada mes y cada miércoles, día dedicado a la memoria del Santo según la tradición latina”.


El Decreto finaliza especificando que “en el actual contexto de emergencia sanitaria, el don de la indulgencia plenaria se extiende de forma particular a los ancianos, a los enfermos, a los agonizantes, y a todos aquellos que por motivos legítimos se encuentran imposibilitados a salir de casa, a los cuales, con el alma libre de todo pecado y con la intención de cumplir, en cuanto sea posible, las tres condiciones habituales, en su casa o donde les retiene su enfermedad, reciten un acto de piedad en honor a San José, consuelo de los enfermos y patrono de la buena muerte, ofreciendo con fe a Dios los dolores y sufrimientos de la vida”.

Redacción ACI Prensa




miércoles, 25 de noviembre de 2020

Oración a San José por un alma del purgatorio

 


Oración por un alma del purgatorio:

Amorosísimo San José, que tan tiernamente amaste a Jesús y tan vivamente sentiste la privación de su presencia cuando le perdiste en el templo, te encomiendo con todo fervor el alma de (se dice el nombre), que, lejos tal vez de la beatífica presencia de Dios, está ahora padeciendo en el purgatorio.

 

¡Oh santo patriarca! sé su consuelo en aquel lugar de pena y expiación, dígnate aplicarle los piadosos sufragios de los fieles, particularmente los míos. Constitúyete su intercesor para con Jesús y María y rompe con tu poderosa oración sus cadenas, para que pueda abismarse en el seno de Dios y gozar cuanto antes de la felicidad eterna. Así sea.

 

Señor Jesús, Tú que por tu pasión dolorosa redimiste a todas las almas, a aquellas que están el purgatorio llévalas al Cielo por intercesión de la Virgen y San José.

 

Fuente: http://www.verycreer.com



 

Oración al dulce nombre de San José

 




Oración al dulce nombre de San José:

Acuérdate San José, mi padre y señor, de la prontitud y diligencia con que acudías en servicio de Jesús y de María cuando te llamaban. Así también, date prisa en acudir en mi ayuda a la hora de mi muerte para que, ahuyentando al demonio, y arrepentido de mis pecados, exhale yo el último aliento protegido con tu intercesión y en los brazos de Jesús y de María. Amén.



miércoles, 3 de junio de 2020

NUEVA LETANÍA A SAN JOSÉ




NUEVA LETANÍA A SAN JOSÉ
El Papa Francisco aprobó incluir siete nuevas invocaciones en las letanías de San José, según informó el Vaticano este 1 de mayo, fiesta de San José obrero.

-Señor, ten piedad de nosotros.  Se repite
-Cristo, ten piedad de nosotros.
-Señor, ten piedad de nosotros.
-Cristo, óyenos.
-Cristo, escúchanos.  

-Dios, Padre celestial.  R. Ten piedad de nosotros.
-Dios Hijo, Redentor del mundo
-Dios Espíritu Santo
-Santa Trinidad, un solo Dios   

-Santa María,  R. Ruega por nosotros.
-San José
-Ilustre descendiente de David
-Luz de los patriarcas
-Esposo de la Madre de Dios
-Custodio del Redentor
-Casto Guardián de la Virgen,
-Padre Nutricio del Hijo de Dios
-Celoso defensor de Cristo
-Defensor de Cristo
-Ministro de salud
-Jefe de la Sagrada Familia
-José justo
-José casto
-José prudente
-José fuerte
-José obediente
-José fiel
-Espejo de paciencia
-Amante de la pobreza
-Modelo de obreros
-Gloria de la vida doméstica
-Custodio de vírgenes
-Sostén de las familias
-Apoyo en las dificultades
-Consuelo de los desdichados
-Esperanza de los enfermos
-Patrón de los Exiliados
-Patrón de los afligidos
-Patrón de los pobres
-Patrón de los moribundos
-Terror de los demonios
-Protector de la santa Iglesia    

-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo     R.  Perdónanos, Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo    R.   Escúchanos, Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo    R.  Ten piedad de nosotros.
V. Lo nombró administrador de su casa.
R. Y señor de todas sus posesiones.

ORACIÓN
¡Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo de tu Santísima Madre!; te rogamos nos concedas tenerlo como intercesor en el cielo, ya que lo veneramos como protector en la tierra. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

sábado, 14 de marzo de 2020

SAN JOSÉ - TRIDUO




SAN JOSÉ - TRIDUO

Puede comenzarse el 17 de cada mes para terminar el día 19.

- Por la señal...
- Señor mío Jesucristo...

V. Benditos y alabados sean los dulcísimos nombres de Jesús, María y José.
R. Amén.

ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS

A Vos recurrimos, bondadoso Patriarca, y con todo el fervor de nuestro afligido corazón os pedimos que, desde el trono de gloria en que os colocaron vuestras virtudes y merecimientos, escuchéis propicio nuestras súplicas y tengáis piedad de nosotros.

Humildemente confesamos que nuestras tribulaciones son pena de nuestras culpas; por eso con dolor de corazón, pedimos a Dios perdón de todas ellas. Alcanzádnoslo, amoroso San José, y por el amor que profesasteis a vuestro Jesús y María y por la autoridad que sobre ellos ejercitasteis acá en la tierra, interceded ahora por nosotros en el cielo escuchando nuestras peticiones y presentándolas Vos mismo a vuestra Esposa inmaculada y a vuestro Divino Hijo para que sean favorablemente despachadas, para mayor gloria de Dios y santificación de nuestras almas. Amén.

Acordaos, ¡oh castísimo esposo de la Virgen María y amable protector mío San José!, que jamás se ha oído decir que ninguno haya invocado vuestra protección e implorado vuestro auxilio sin haber sido consolado. Lleno, pues, de confianza en vuestro poder, ya que ejercisteis con Jesús el cargo de Padre, vengo a vuestra presencia y me encomiendo a Vos con todo fervor. No desechéis mis súplicas, antes bien, acogedlas y dignaos acceder a ellas piadosamente. Amén.

AS
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ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Gloriosísimo Patriarca San José, castísimo Esposo de la Madre de Dios; a vuestro amparo acudimos, no desatendáis nuestras súplicas y libradnos de todos los peligros.

V. Bendito Patriarca San José, rogad por nosotros.
Para que seamos dignos de la gracia que imploramos

Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, unid vuestros ruegos a los de vuestro castísimo Esposo y por los maternales cuidados que prodigasteis al Niño Jesús, interceded y rogad por nosotros para que seamos dignos de alcanzar la gracia que hemos pedido.

Sacratísimo Corazón de Jesús, oíd benigno las súplicas de María, llena de gracia, y de José, varón justo, para que por su intercesión logremos el favor solicitado, si ha de ser a mayor honra y gloria vuestra y bien de nuestras almas. Vos que vivís y reináis por todos los siglos de los siglos. Amén.


DÍA PRIMERO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Aquí nos tenéis en vuestra gloriosa presencia, dulce protector nuestro San José, implorando vuestro eficaz patrocinio. Dirigid, oh gran Santo, una mirada amorosa sobre nosotros, miserables hijos de Eva, y alcanzadnos con la gracia que os hemos pedido y las Virtudes de la humildad, pureza y obediencia, la dicha de morir asistidos de Jesús, de vuestra Esposa y de Vos, para bendeciros y alabaros en el cielo eternamente. Amén.

(Pídase la gracia que se desea).

- Rezar siete Padrenuestros y Avemarías en memoria de los siete dolores y gozos de San José.
- Terminar con la oración final para todos los días.

__________
DÍA SEGUNDO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

A vuestros pies nos postramos con el más humilde afecto, ¡oh incomparable protector nuestro San José!, confiando en vuestro eficaz patrocinio. Dirigid, ¡oh gran Santo!, una mirada amorosa sobre nosotros, miserables pecadores hijos de Eva, y alcanzadnos la gracia que os hemos pedido juntamente con las tres virtudes de tierna piedad, gratitud a los divinos beneficios y firme confianza en Dios, que tanto y con tanto fruto practicasteis Vos mismo, a fin de que enriquecidos con ellas, podamos expirar dulcemente en los brazos de Jesús y María, y alabarlos después en vuestra compañía en el cielo, por toda la eternidad. Amén.

(Pídase la gracia que se desea).

- Rezar siete Padrenuestros y Avemarías en memoria de los siete dolores y gozos de San José.
- Terminar con la oración final para todos los días.

__________
DÍA TERCERO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Postrados ante Vos, insigne protector nuestro San José, acudimos también hoy en demanda de vuestro eficaz patrocinio. Dirigid, ¡oh gran Santo!, una mirada amorosa sobre nosotros, miserables hijos de Eva, y presentad nuestras súplicas al Padre Eterno, cuyas veces hicisteis en la tierra tutelando a su Divino Hijo; ofrecedlas también al Espíritu Santo, de quien fuisteis representante como Esposo de María; presentadlas, en fin, al Hijo para que sean benignamente atendidas por la Santísima Trinidad, objeto de todo nuestro amor, ahora y siempre, por todos los siglos. Amén.

(Pídase la gracia que se desea).

- Rezar siete Padrenuestros y Avemarías en memoria de los siete dolores y gozos de San José.
- Terminar con la oración final para todos los días.