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El Niño Dios a nacido en Belén

HIMNO A SAN JOSÉ

HIMNO A SAN JOSÉ

Hoy a tus pies, ponemos nuestra vida; Hoy a tus pies, ¡Glorioso San José! Escucha nuestra oración, Y por tu intercesión, Obtendremos, la paz del corazón; En Nazaret, junto a la Virgen Santa, En Nazaret ¡Glorioso San José! Cuidaste al niño Jesús, Pues por tu gran virtud, Fuiste digno custodio de la luz. Con sencillez humilde carpintero; Con sencillez ¡Glorioso San José! Hiciste bien tu labor, obrero del Señor, Ofreciendo, trabajo y oración. Tuviste fe, en Dios y su promesa; Tuviste fe, ¡Glorioso San José! Maestro de oración, alcanzarnos el don, De escuchar, y seguir la voz de Dios:

lunes, 10 de abril de 2023

A San José para una buena muerte

 

A San José para una buena muerte 

Poderoso protector y amado Padre San José, Esposo de la Reina de los Ángeles, Santa María, Madre de Dios y de la Virgen, padre virginal de Jesús, y protector especial, de los pobres pecadores agonizantes, en la hora de su muerte. Yo, pecador miserable, confiando en tu amor misericordioso, con el deseo de amar y servir en presencia de Jesús, mi dulce Redentor, de Santa María, su esposa y en presencia de toda la corte celestial, te elijo en este día como mi especial protector, abogado y defensor en todas las acciones de mi vida y en la agonía de mi muerte. Me consagro ahora y siempre a ti, como sirviente, esclavo, e hijo devoto, y como tal me entrego a ti en todas las formas posibles con una donación perfecta.

Soberano Patriarca, has uso de tu gran misericordia a la hora de mi agonía en el trance de la muerte. Y cuando me falte la fuerza, y mi lengua no te invocare, cuando mis ojos ya no vean la luz y haya perdido el sentido del oído, y no pueda conseguir favores humanos, recuerda, oh Padre, las peticiones que ahora te ofrezco a consideración de tu piedad compasiva y tierna misericordia, protégeme en el último día y en ese momento de extrema necesidad, ayúdame tenme bajo tu patrocinio, para que muera en gracia de Dios, libre de todos mis enemigos sea colocado en la presencia de Dios bendito, a quien espero alabar a tu lado por toda la eternidad.

Amén


San José Protector de la buena muerte

 

San José Protector de la buena muerte

La Iglesia compara aquella muerte con la hora de un sueño pacífico, como el de un niño que se adormece sobre el seno de su madre; con una antorcha odorífera, que se consume a medida que arde y que muere exhalando el perfume suave de su sustancia. La muerte de los santos es siempre envidiable, porque todos mueren en el beso del Señor, pero ese beso no es más que un dulce y precioso sentimiento de amor.

José murió verdaderamente en el beso del Señor, ya que exhaló su último suspiro en los brazos de Jesús. Y si, como creemos, él tuvo el uso de los sentidos y de la palabra hasta ese último suspiro, que no podía ser otro que un suspiro o un impulso de amor, ¿como no habrá él coronado una vida tan santa sino pronunciando los nombres sagrados de Jesús y de María?

¡Oh muerte feliz! Si no puedo, como José, exhalar mi último suspiro entre Jesús y María, visibles a mi mirada, pueda yo, al menos, sobre mi labios moribundos, unir vuestro nombre, ¡oh José! a los nombres de Jesús y de María.

La santa muerte de José ha producido preciosos frutos sobre la tierra. Fue como aromatizada del suave perfume que deja tras de sí una santa vida y una santa muerte, y dio a los cristianos un potente protector en el cielo cerca de Dios, especialmente para los agonizantes.

Cualquiera que invoque a San José en la última batalla, incluso si fuera violenta, atraerá la victoria. Bendito, por eso, quien coloca su confianza en este santo Patriarca y une al exhalar su último suspiro el santo nombre de José a los dulces nombres de Jesús y María.

Todo el mundo cristiano lo reconoce como abogado de los agonizantes y, por tanto, de la buena muerte. José hijo de Jacob, socorría en el tiempo de la carestía a los Egipcios distribuyendo entre ellos el trigo que había recogido. Pero para socorrer a los propios hermanos, hizo más: no contento con haber llenado sus sacos de trigo, les añadió el precio del mismo. Así hará ciertamente nuestro glorioso Santo José. ¿Con qué generosidad tratará a sus devotos? Así, en el momento de la extrema necesidad, en el punto de la muerte, él sabrá rendir a los devotos homenajes con que habría sido honrado.

La muerte de los sirvientes de San José es sumamente tranquila y suave. Santa Teresa narra las circunstancias que acompañaban los últimos instantes de sus primeras hijas, tan devotas a San José. «He observado - dice ella -, que al momento de exhalar el último suspiro gozaban de inefable paz y tranquilidad. Esa muerte era semejante al dulce descanso de la oración. Nada indicaba que su interior fuese agitado por tentaciones. Aquellas lámparas divinas liberan mi corazón del temor de la muerte. Morir me parece ahora la cosa más fácil para una fiel devota de San José».


DEPRECACIÓN A SAN JOSÉ PARA TODOS LOS MESES DEL AÑO

 


DEPRECACIÓN A SAN JOSÉ

PARA TODOS LOS MESES DEL AÑO

 

Por la señal... Acto de contrición.

 

Dichosísimo Patriarca San José, que practicando fielmente todas las virtudes, y conformándoos en todo con el beneplácito divino, conseguisteis una muerte feliz y dichosa en los brazos de Jesús y de vuestra Esposa María; a más de las gracias que os he pedido, alcanzadme una perfecta contrición de mis culpas y una sumisión tan ajustada a los decretos del Señor, que mi único deseo sea cumplir en todo su santísima voluntad; y de esta manera, libre mi alma en mi muerte de las angustias que en aquella hora causan los pecados cometidos, pueda resistir las asechanzas del común enemigo y llegar con Vos a las eternas moradas de la gloria. Ésta, bondadoso San José, es la gracia que espero lograr de Dios por vuestra intercesión poderosa, ya que nada sabéis negar al que os pide de veras. Amén.


ORACIONES A SAN JOSÉ PARA OBTENER UNA BUENA MUERTE



ORACIONES A SAN JOSÉ PARA OBTENER

UNA BUENA MUERTE

 

Oh José Bendito, tú que expiraste en el abrazo amoroso de Jesús y María.

Cuando el sello de la muerte se cierne sobre mi vida, ven en mi auxilio junto con el Señor Jesús y Santa María.

Obtenme este solaz para que en esa hora pueda morir en sus santos brazos a mí alrededor.

Jesús, María y José, les encomiendo mi ser, viviente y agonizante, en sus santos brazos. Amén.

 

ORACIÓN A SAN JOSÉ

PARA ALCANZAR UNA BUENA MUERTE

 

¡Oh mi Santo protector, glorioso Patriarca San José, que, estando en el lecho de vuestro dulce tránsito, os visteis rodeado de ángeles y asistido de su Rey, Cristo Jesús, y de su Reina, la Santísima Virgen María, esposa vuestra, y que con esta amabilísima compañía salisteis en una paz celestial de esta miserable vida!. Alcanzadme la gracia de perseverar en el bien hasta que muera reclinado en vuestros brazos. Sí, santo mío, por aquella dulce compañía que Jesús y María os hicieron hasta la hora de vuestra muerte, protegedme en la mía hasta que me vea con Vos en el cielo. Compadeceos también de las pobres almas del Purgatorio que invocan vuestra gracia y poder para con ellas; amparadlas y llevadlas pronto a vuestra gloria, para que juntas con la mía, glorifiquemos vuestro santo nombre con el de Jesús y María por todos los siglos. Amén.

 

ORACIÓN A SAN JOSÉ PARA

OBTENER UNA BUENA MUERTE

 

A ti acudo, San José, Patrono de los moribundos, y a ti en cuyo dichoso transito estuvieron solícitos Jesús y María, por estas dos carísimas prendas te encomiendo con empeño mi alma cuando luche en la extrema agonía: para que por tu protección sea libre de las asechanzas del diablo y de la muerte perpetua, y merezca ir a los gozos eternos.


Oración a San José por los pobres, por los enfermos y por los moribundos

 

Oración a San José por los pobres, por los enfermos y por los moribundos

 Estos son la porción escogida de tu amor, excelso Patriarca, y en el cual muestras a menudo la eficacia de tu protección. Los que sufren estrechez y necesidad, los que padecen en el lecho del dolor corporales sufrimientos, los que en el trance duro de la muerte imploran tu consuelo. Te pedimos por ellos, mansísimo Padre de pobres, de enfermos y de moribundos; te pedimos por ellos, y por nosotros cuando nos hallemos en su aflictiva situación. Derrama sobre los corazones lacerados el bálsamo de la santa confianza en Dios; ahuyenta de ellos el negro demonio de la desesperación. Sonríe a los tristes con la dulzura de la esperanza; haz llegara a los necesitados el pan de la caridad; anticipa a los ojos vidriados de los agonizantes un rayo de luz del paraíso que les está prometido.

Padre nuestro, Ave María y Gloria

Tomado del libro Año Sacro de Felix Sardá y Salvany Recopilado por José Gálvez Krüger

A SAN JOSÉ, PIDIÉNDOLE POR LOS AGONIZANTES.


A SAN JOSÉ, PIDIÉNDOLE POR LOS AGONIZANTES.

 

¡Oh San José bendito, que en el momento de tu agonía tuviste la suerte de ser asistido por el Sacerdote Sumo, Jesucristo, y por la Reina de Misericordia, María Santísima!. Tú, que conoces la importancia de este temible momento en que se pasa del tiempo a la eternidad, compadécete y apiádate de los pobres moribundos, que están a punto de comparecer ante el tribunal divino. Protégelos,  ¡oh eficaz abogado de la buena muerte! Por tu intercesión sean iluminados y movidos de sentimientos de amor de Dios y dolor de sus culpas; y en especial asiste a aquellos que no tienen sacerdote que les asista y a los que fallecen repentinamente, a fin de que, merced a tu generosa ayuda, tengan la dicha de mostrarte eternamente su generosidad en el cielo. Así sea.