SAN JUAN DE LA CRUZ
1542
- 1591
NOVENA
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, que
quisisteis tomar forma de siervo y nacer de una Virgen Purísima, muriendo en
una cruz para librarme del pecado y del infierno, acordaos de vuestra infinita
caridad, ten piedad de mi, pobre pecador, que, oprimido con el peso de mis
culpas y confesando su malicia, me arrepiento de ellas, y me pesa de lo íntimo
de mi corazón de haberlas cometido, por ser ofensas a vuestra bondad inmensa, a
quien amo sobre todas las cosas.
Propongo firmemente, con
el auxilio de vuestra gracia, nunca más pecar. Haced, Señor, por los méritos e
intercesión de vuestro fiel siervo San Juan de la Cruz, que no me rinda a las
asechanzas del común enemigo, antes bien me mantenga constante en el propósito
que hago de no ofenderos más, y así consiga, con vuestra gracia, perseverar en
vuestro amor hasta el último instante de mi vida, para continuar amándoos,
bendiciéndoos y alabándoos por toda la eternidad en el Cielo. Amén.
Oración preparatoria
para todos los días
Clementísimo Dios, que por
vuestra inmensa piedad quisisteis que San Juan de la Cruz fuese desde niño
inclinado a todo género de virtudes, y con su ejercicio alcanzase ser muy amado
de Vos y de Nuestra Santísima Madre, comunicándole muchas gracias y singulares
favores, os suplico humildemente, por su intercesión y merecimientos, que me
concedáis pureza de alma y cuerpo con las demás virtudes que este glorioso
Santo practicó toda su vida, a fin de que, imitándole en este ejercicio,
merezca, como él, ser amparado de Vos y de vuestra Madre Santísima en esta vida
por gracia, y después gozaros para siempre en su compañía en la gloria. Amén.
Oración final para todos los días.
Omnipotente Dios y Señor,
que al bendito San Juan le concedisteis ser amante fervoroso de los trabajos,
desprecios y cruz de vuestro Santísimo Hijo, y una abnegación perfecta de sus
pasiones y apetitos; concédenos, Señor, por sus méritos y ruegos, que, imitando
ahora sus virtudes, merezcamos en el Cielo ser compañeros de su gloria por los
siglos de los siglos. Amén.
Meditar la reflexión del día correspondiente:
DÍAS
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7
| 8 | 9
DÍA PRIMERO
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Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. Glorioso
San Juan de la Cruz, que desde vuestra infancia fuisteis tierno amante de María
Santísima y de la cruz de su Santísimo Hijo, mereciendo por este amor ser
protector singular de las almas afligidas y desconsoladas: os suplico, Padre
mío, interpongáis vuestros ruegos para con Madre e Hijo a fin de que me
concedan viva fe, firme esperanza, ferviente caridad y tiernísimo amor a la
cruz de mi Señor, en cuyo ejercicio viva y muera amparado siempre de su gracia,
y también consiga, si me conviene, lo que pido en esta Novena. Amén.
Rezar tres Padrenuestros y Avemarías, en reverencia de los tres
singulares favores que Jesucristo y su Santísima Madre le dispensaron, y
después se hará la petición, concluyendo con la oración final.
DÍA SEGUNDO
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Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. Glorioso
y excelso Padre mío San Juan de la Cruz, que, siendo aún de pocos años,
crucificasteis vuestro cuerpo con muchos rigores y penitencias, para asemejaros
en lo posible al que por nuestro amor padeció en la cruz: os suplico, Padre mío
amantísimo, que intercedáis con nuestro Señor Jesucristo para que me infunda
espíritu de penitencia, a fin de que sufra por su amor los trabajos y dolores
que me enviare; y de esta manera, satisfaciendo las innumerables ofensas que le
tengo hechas, y purificada mi alma con tan saludable ejercicio, merezca llegar
a gozarle por siempre en vuestra compañía en la gloria, y también alcance lo
que pido en esta Novena, si me conviene. Amén.
Concluir como el primer día.
DÍA TERCERO
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Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. Amantísimo
Padre mío San Juan de la Cruz, que por vuestra continua oración merecisteis
renombre de doctor extático y luz especialísima para gobernar las almas y
hacerlas adelantar en el camino de la virtud: os suplico humildemente que, como
Padre y Director iluminado, alumbréis la mía con las luces de vuestra celestial
doctrina, y la inclinéis al ejercicio santo de la oración, con el cual,
desprendida de todo lo terreno, llegue a amar solo a Dios y a las cosas del
cielo, y así pueda alcanzar de Su Divina Majestad perseverancia en el bien
obrar, y también, si me conviene, la gracia que pido en esta Novena. Amén.
Concluir como el primer día.
DÍA CUARTO
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Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. ¡Oh
Padre mío amantísimo San Juan de la Cruz! Espejo de paciencia y fortaleza, que
para gloria de Dios y bien de vuestra Reforma sufriste innumerables trabajos y
penalidades, gloriándoos, como otro Pablo, en los oprobios y contradicciones:
os suplico, Santo mío, me alcancéis de nuestro buen Dios que sufra yo con
paciencia e igualdad de ánimo todo lo que me sucediere adverso, a fin de que,
padeciendo mis penas y amando a los que me las causan, por la gloria de mi
Señor se purifique mi alma de la escoria de sus culpas y adelante en las
virtudes, con cuyo ejercicio merezca alcanzar el premio prometido a los que
padecen con fortaleza por Dios y su gloria, y también consiga, si me conviene,
la gracia que pido en esta Novena. Amén.
Concluir como el primer día.
DÍA QUINTO
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Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. Glorioso
Padre mío San Juan de la Cruz, que por el gran poder que os concedió el Señor
sobre los demonios, y por los muchos que expelisteis de las almas y cuerpos, os
llamaban el «Milagrero»: os suplico humildemente que ejercitéis conmigo esa
misma insigne caridad y compasión, alcanzándome de Su Divina Majestad me
conceda victoria cumplida de todas las asechanzas y sugestiones con que me
tiente el infernal enemigo, no sólo durante la vida, sino también en la hora de
mi muerte; para que, viviendo y muriendo con esta celestial gracia, logre el
premio que Dios tiene preparado para los justos en su santísimo Reino, y
también alcance el favor que suplico en esta Novena, si me conviene. Amén.
Concluir como el primer día.
DÍA SEXTO
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Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. Glorioso
Padre mío San Juan de la Cruz, que por vuestra pura y casta vida merecisteis
que Dios y su Madre Santísima os concediesen la gracia de reprimir los
movimientos y deseos impuros de los que os miraban, y por este medio y vuestro
grande espíritu hicieseis en muchas almas singulares conversiones: os suplico,
Padre mío, que os compadezcáis de mi flaqueza en esta materia, y me alcancéis
de Dios, por medio de su Santísima Madre, la virtud de una castidad perfecta,
para que, viviendo limpio de alma y cuerpo, pueda algún día gozar de la gloria
eterna y consiga ahora lo que pido en esta Novena, si me conviene. Amén.
Concluir como el primer día.
DÍA SÉPTIMO
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Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. Bendito
y glorioso Padre mío San Juan de la Cruz, que por vuestra insigne humildad
merecisteis ser llamado el «Mínimo Grande», y por vuestra excelsa sabiduría el
«Doctor Místico y Querúbico», os suplico, Padre amoroso, me alcancéis de Dios
que sea yo humilde de corazón, para que, conociendo mi bajeza y defectos, me
aparte de las vanidades y honras mundanas y sufra resignado los desprecios que
me hicieren; y así, caminando con la luz de vuestra doctrina por la senda de la
nada, llegue a poseerlo todo en Dios, mediante su divina gracia, y también la
que os suplico en esta Novena, si me conviene. Amén.
Concluir como el primer día.
DÍA OCTAVO
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Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. ¡Oh
glorioso Padre mío San Juan de la Cruz! Con razón os llaman padre de los
pobres, remedio de enfermos y consolador de afligidos; pues ya cuando vivíais,
y ahora por vuestras reliquias e imágenes, obráis en todos mil maravillas. Os
suplico, Padre mío amoroso, que, condoliéndoos de mis males y dolencias, uséis
conmigo de vuestras acostumbradas misericordias y me alcancéis de Dios el
remedio y consuelo que necesito, para que, alabando a Su Divina Majestad por
este y los demás beneficios que me ha hecho por vuestra intercesión, juntamente
le dé gracias por el particular que pido, y espero me conceda en esta Novena,
si me conviene. Amén.
Concluir como el primer día.
DÍA NOVENO
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Acto de contrición y oración preparatoria.
Oración. Amable
y excelso Padre mío San Juan de la Cruz, que, por imitar a nuestro Divino
Redentor, renunciasteis hasta en la muerte los alivios y consuelos, aun
celestiales, y abrazasteis gustoso los trabajos y desprecios, por grandes que
fuesen, como se vio cuando el Señor os dijo: «Juan, ¿qué premio quieres por tus
trabajos?». Y Vos, con generoso y soberano valor, le respondisteis: « Señor,
padecer y ser menospreciado por Vos». Lo que fue tan del agrado de su Divina
Majestad, que os concedió el morir despreciado de las criaturas, y penando en
la cruz con cinco llagas, pero honrado y animado con la presencia del mismo
Creador. Os suplico, Padre amantísimo, me alcancéis del Señor que os imite
durante mi vida, y en la muerte me aprovechen los méritos de su Sagrada Pasión,
y por ella me perdone todos mis pecados, y me conceda la perseverancia final en
su gracia, mediante la cual pueda gozarle en vuestra compañía por toda la
eternidad en la gloria, y también el favor que pido en esta Novena, si me
conviene. Amén.
Concluir como el primer día.
Oración final para todos los días.
Omnipotente Dios y Señor,
que al bendito San Juan le concedisteis ser amante fervoroso de los trabajos,
desprecios y cruz de vuestro Santísimo Hijo, y una abnegación perfecta de sus
pasiones y apetitos; concédenos, Señor, por sus méritos y ruegos, que, imitando
ahora sus virtudes, merezcamos en el Cielo ser compañeros de su gloria por los
siglos de los siglos. Amén.
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