San Dionisio de París y
compañeros, mártires
Fecha: 9 de octubre
†: s. III - país:
Francia
Otras formas del nombre:
Denis
Canonización:
pre-congregación
Hagiografía:
«Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio:
Santos Dionisio, obispo, y compañeros, mártires. Según la tradición, Dionisio,
enviado por el Romano Pontífice a la Galia, fue el primer obispo de París, y
allí, junto con el presbítero Rústico y el diácono Eleuterio, padecieron todos
en las afueras de la ciudad,
Patronazgos:
patrono
de los tiradores; protector contra los dolores de cabeza, la rabia, el
remordimiento y el sufrimiento mental, las mordeduras de perro y la sífilis.
Refieren
a este santo: San Dionisio Areopagita, San Eutropio de
Saintes, Santos Luciano, Maximiano y Juliano, San Marcial de Limoges, San Pablo
de Narbona, San Trófimo de Arlés
Oración: Oh
Dios, que enviaste a san Dionisio y a sus compañeros a proclamar tu gloria ante
las gentes, y les dotaste de admirable fortaleza en el martirio, concédenos
imitarlos en su desprecio a la soberbia del mundo, para que no temamos nunca
sus ataques. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración
litúrgica).
Ver
más información en: Los 14 santos auxiliadores
San Gregorio de Tours, que
escribió en el siglo VI, cuenta que san Dionisio de París nació en Italia. El
año 250 fue enviado con otros obispos misioneros a las Galias, donde sufrió el
martirio. El Hieronymianum menciona a san Dionisio el 9 de octubre, junto con
los santos Rústico y Eleuterio. Ciertos autores posteriores afirman que Rústico
y Eleuterio eran respectivamente el sacerdote y el diácono de san Dionisio, que
se establecieron con él en Lutetia Parisiorum e introdujeron el Evangelio en la
isla del Sena. Debido a las numerosas conversiones que obraban con su
predicación, fueron arrestados; al cabo de largo tiempo de prisión, los tres
murieron decapitados. Los cuerpos de los mártires fueron arrojados al Sena,
pero los cristianos consiguieron rescatarlos y les dieron honrosa sepultura.
Más tarde se construyó sobre su sepulcro una capilla, junto a la cual se erigió
la gran abadía de Saint-Denis.
Dicha abadía fue fundada por
el rey Dagoberto I, quien murió el año 638. Probablemente un siglo más tarde,
empezó a introducirse la identificación de san Dionisio Areopagita con el
obispo de París o, por lo menos, la idea de que san Dionisio de París había
sido enviado por el papa Clemente I en el primer siglo. Pero tal idea no se
popularizó sino hasta la época de Hilduino, abad de Saint-Denis. El año 827, el
emperador Miguel II regaló al emperador de Occidente, Luis el Piadoso, la copia
de unos escritos que se atribuían a san Dionisio Areopagita. Por desgracia,
dichos escritos llegaron a la abadía de Saint-Denis precisamente la víspera de
la fiesta del santo. Hilduino los tradujo al latín y, algunos años más tarde,
cuando el rey le pidió una biografía de san Dionisio de París, el abad escribió
un libro que llegó a convencer a la cristiandad de que el obispo de París y el
Areopagita eran una sola persona. En su obra titulada «Areopagitica», el abad
Hilduino empleó muchos materiales falsos o de poco valor, y resulta difícil
creer que haya procedido así de buena fe. La biografía que escribió es un
tejido de fábulas. El Areopagita va a Roma, donde el Papa San Clemente I le
recibe personalmente y le envía a evangelizar París. Los habitantes de París
intentan en vano darle muerte, arrojándole a las fieras, echándole al fuego y
crucificándole, hasta que por fin, Dionisio muere decapitado en Montmartre,
junto con Rústico y Eleuterio. El cuerpo decapitado de San Diniosio, guiado por
un ángel, caminó, tres kilómetros, desde Montmartre hasta la abadía que lleva su
nombre, portando en las manos su propia cabeza y rodeado de coros de ángeles;
por ello fue sepultado en Saint-Denis.
El culto de san Dionisio fue
muy popular en la Edad Media. Ya en el siglo VI, Venancio Fortunato le
reconocía como el patrono de París ("Carmina", VIII, 3, 159) y el
pueblo le considera como el protector de Francia, además de ser uno de los
«Catorce santos auxiliadores». El elogio del martirologio actual no descarta
que haya sido enviado a París por el Sumo Pontífice -como afirma el relato tradicional-,
pero evita dar nombres, ya que no se sabe con certeza los años en que vivió.
En Acta Sanctorum, oct.,
vol. IV, hay un largo artículo sobre san Dionisio. El relato más antiguo del
martirio se atribuía erróneamente a Venancio Fortunato; B. Krusch, Monumenta
Germaniae Historica, Auctores Antiq., vol. IV, pte. 2, pp. 101-105, hizo una
edición crítica de dicho relato, en el que no se identifica a san Dionisio con
el Areopagita, pero se dice que fue enviado a París por san Clemente I.
Estas biografías de santo
son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha
sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y
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