ORACIÓN ATRIBUIDA A SAN BRUNO
Tú, que eres mi Señor,
Tú, cuya voluntad prefiero a
la mía.
No me es posible contentarme
con palabras
al presentarte mi oración.
Escucha mi grito que te
suplica como un inmenso clamor…
Tú, de quien me he
constituido siervo:
Te ruego con perseverancia e
insistiré en mi ruego,
hasta merecer alcanzar tu
favor.
Pues no anhelo un bien de la
tierra;
no pido más que lo que debo
pedir:
sólo a Ti…
¡Ten piedad de mí!
Y pues inmensa es tu
misericordia
y grande mi pecado, ten
piedad de mí
inmensamente
en proporción a tu
misericordia.
Entonces podré cantar tus
alabanzas,
contemplándote, Señor.
Te bendeciré con una
bendición
que perdurará a lo largo de
los siglos;
te alabaré con la alabanza y
la contemplación,
en este mundo y en el otro,
como María, de quien nos
dice el Evangelio,
que ha escogido la parte
mejor.
Amén.
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